V

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Horikita Suzune debe ser eliminada cuanto antes...

¿Ah? ¿Por qué?

Por el bien de la investigación, y especialmente... por los resultados.

Déjame analizarlo un poco... —dijo mientras revisaba unos papeles— Primero informaste que esa mujer no tenía nada que ver con tu investigación... es más, ni siquiera la nombras a menudo... Lo único que sabemos es que le pediste a uno de tus clientes que anulara por completo el acta de matrimonio en los registros públicos... entonces... ¿Por qué tomarse la molestia de hacerlo si al final la querías matar?

¿Me está haciendo preguntas? —respondió afilando su mirada.

Fuera de una investigación. O cuando se encontraba descansando en algún lugar. Su mirada no ocultaba su instinto agresivo... Ayanokouji Kiyotaka no podía ser investigado ni recriminado... Ya que si lo hacían... perderían una gran arma para el gobierno.

N-no... solo no entiendo muy bien... Matar a una persona no es tan fácil.

No me importa si es fácil o no. Lo único que quiero es acabar con esta investigación y descansar. Ella sabe mucho, y demostró estar involucrada de forma mucho más directa con las cabezas de la organización. Ella me engañó.

¿Engañarte a ti?

¿Me sigues tomando el pelo? —preguntó tomándolo por el cuello— Solo firma esos papeles y déjame terminar mi trabajo. —dijo empujándolo sobre su silla.

S-sí...

Él castaño estaba furioso. No le gustaba que le dijesen que tenía que hacer o no... y el que alguien que solo se encargaba de llenar o crear papeles le molestase... era mucho para él.

A pesar de ser de último momento. El documento que le permitía acabar con una vida por fin llegó a sus manos. Obviamente era un documento muy especial e ilegal, pero, a las sombras, era un documento muy común.

Arrugando la hoja y guardándola en uno de sus bolsillos delanteros. El castaño verificó cada parte de su arma de fuego, y empezó a caminar por el puerto.

Vamos a empezar dentro de poco. —le avisaron por el intercomunicador— No creí que quisieras perderte de la acción.

Pasaré por hoy. Tengo un último trabajo que hacer.

¿Borrarás a alguien?

Sí...

¿Necesitarás apoyo?

No lo creo... Por cierto, cambiaron sus posiciones, armas, hombres, y planes, ¿verdad?

Por supuesto. Esa fuga de información pudo hacernos perder las vidas... Te lo agradezco.

No hay de qué. Es mi trabajo después de todo... Te dejo... —se despidió viendo a lo lejos la silueta de una mujer— Encontré a mi objetivo.

Que vaya bien.

Destruyendo el intercomunicador que le impediría escuchar los pasos de los hombres que se encontraban a sus espaldas, aceleró el paso hacia la pelinegra.

Ella se encontraba nerviosa. Sus manos temblaban no tan solo por el frio de la brisa marina, sino también por lo que iba a suceder dentro de poco.

Ella sabía lo que había hecho.

Vine... —dijo acercándose a ella— Tal como lo prometí...

S-sí...

Nueva vidaWhere stories live. Discover now