Capítulo 8<> Mondo y Kiyotaka🏍️

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°•°•|Flashback|•°•°

Ishimaru suspira estando en la soledad de su cafetería.

Ya era la hora de cerrar, por lo que ahora se estaba encargando de limpiar el lugar, pasando la escoba por debajo de las mesas y así.

La razón de su cansado suspiro fue por el amargo recuerdo de aquella noche en la que conoció a la persona que se convertiría en su dolor de cabeza: Mondo Oowada.

La noche en la que Makoto los invitó a él y a Hiro a una discoteca porque el enamorado del más bajo iba a dar una presentación musical. Esa noche, cuando vio a la banda tocar en el escenario, debía admitir que fue espléndida. Fujisaki, el que le gusta a su amigo, tocaba su bajo bastante bien y se movía al ritmo de la música con pasos suaves y leves saltos. Kuwata (quien en realidad es el que le gusta a su otro amigo Hiro) también dio una impresión magnífica, tocando la guitarra con entusiasmo y cantando con emoción.

Pero Oowada.... Oh santo Dios... Oowada fue simplemente magestuoso. El hombre tocaba la batería con fuerza y animo, entrecerrando sus ojos lavanda de vez en cuando y sacando a relucir sus colmillos afilados en una que otra fugaz sonrisa ladina. El sudor goteando de su piel levemente bronceada con cada golpeteo que le daba al instrumento y su cabeza moviéndose al ritmo de su batería, haciendo que la parte baja de su cabello bicolor de igual manera siguiera el movimiento.

Su primer pensamiento en ese momento fue que el hombre de la batería era totalmente caliente. Todo en el bicolor había capturado su atención, haciendo que se sintiera emocionado cuando Naegi sugirió ir a presentarle a la banda.

Kiyotaka estaba encantado cuando siguió a su amigo castaño hacia el fondo del lugar, en donde había un espacio tras la tarima en el cual los artistas podrían tomar un descanso. Imaginaba la manera en la que podría iniciar una agradable conversación con el baterista, múltiples escenarios llegaban a su mente en donde ambos charlaban alegremente de temas triviales y tranquilos. Dios, realmente quería acercarse a él de alguna manera.

Sin embargo, Naegi había sido el primero en entrar ya que Kiyotaka se lo había pedido. Le sugirió primero ir y felicitar a Fujisaki, darle uno que otro cumplido mientras él se quedaba tras la puerta y después de que ambos hubieran tenido ese primer momento especial de la noche, entonces ya podría presentar a Taka correctamente.

Fue una pésima idea.

Pues mientras Naegi iniciaba una conversación con Fujisaki y Kuwata, Oowada se dirigió a la puerta con una bebida en manos, dispuesto a salir para hacer quien sabrá que.

El punto es que al abrir la puerta y querer comenzar a caminar fuera de la habitación, había chocado directamente con Ishimaru. Oowada por supuesto que estaba molesto cuando la bebida en sus manos se volcó sobre su camiseta blanca. Ishimaru trató de disculparse repetidas veces seguidas mientras buscaba un pañuelo en sus bolsillos, sin embargo el bicolor estaba tan molesto que prácticamente soltó veneno mientras insultaba al azabache por estar parado frente a la puerta como un completo idiota.

Y Kiyotaka lo hubiera dejado pasar de no haber sido porque el baterista había dicho algo sobre que debería conseguir anteojos para sus anormales ojos rojos.

Su inicial entusiasmo fue rápidamente reemplazado con total indignación. Muy bien, el hombre frente a él podría parecerle el sujeto más sexy que ha visto en toda su vida, pero si este mismo hombre se atrevía a llamar anormal al color de sus ojos los cuales habían sido heredados de su preciada y difunta madre, entonces Kiyotaka no se quedaría de brazos cruzados. Jamás, ni en un millón de años, Kiyotaka Ishimaru podría permitir que alguien tuviera el descaro de hablar tan grosera e irrespetuosamente sobre el preciado regalo de su madre a su ser.

Un Corazón Tan Dulce Como El Azúcar &lt;Hagakureon&gt;Where stories live. Discover now