veintitrés

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dos meses después...

omnisciente;

Taehyung no parecía querer despegarse de Jungkook ni un momento, estaba todo el tiempo en su casa, lo llevaba a la Universidad y lo llevaba de vuelta a su casa luego de tomarse un café juntos, todos murmuraban sobre aquello, pues Taehyung nunca había sido una persona cariñosa, mucho menos con Jungkook.

— Tae, ay Tae... Espera, Taehyungie —. Soltó una risita a causa de las cosquillitas que le causaban los besos en el cuello que le mayor le daba, quien lo tenía abrazado en el sofá.

Taehyung se quejó, alejándose ligeramente para mirarlo. — ¿Por qué? ¿No te gustan? —. Hizo un puchero, Jungkook sonrió y asintió, logrando deshacerse del agarre de aquel, ahora, peliazul.

— Me encantan, pero la fiesa de Hoseok casi inicia y nosotros ni siquiera nos hemos duchado —. Se levantó, quitándose la camisa y dejando ver así los músculos de su espalda tensarse.

El pelinegro había ganado algo de masa corporal y decidió moldearla en el gimnasio, dode últimamente se pasaba horas después de la escuela, cuando no tenía tarea, mientras que Taehyung se dedicaba a la pintura y a la música.

— Dúchate primero, yo iré después —. Jungkook le miró por sobre su hombro derecho, el cuál lucía un nuevo tatuaje.

— Olvídalo, vamos juntos —. Sonrió Taehyung tomando la mano de Jungkook en la suya.

Caminaron hasta las escaleras y subieron con algo de dificultad, entre tropiezos y algunas carcajadas, pues con los ojos cerrados y sus bocas ocupadas con besos húmedos y cortos no era una tarea fácil.

Apenas pudieron llegar al baño y Jungkook ya no tenía ninguna prenda en su cuerpo, logrando así que las manos hábiles y delgadas de Taehyung se deslizaran por el abdomen marcado del menor, acariciando con suavidad haciendo así gemir de desesperación al pelinegro.

— Mierda Tae, no podemos tardar más... —. Jadeó cuando Taehyung mordió su mentón, dejando mordidas a lo largo de su mandíbula.

— No estoy haciendo nada, bebé —. Murmuró con su barítono, alejándose mientras se deshacía de sus prendas y las dejaba caer al suelo, metiéndose al baño y burlándose notoriamente del menor, quien estaba duro entre sus piernas y tenso de los hombros.

No pasaron más de treinta minutos de ambos en la tina, ahora llenándose de besos tiernos mientras se lavaban entre sí y se enjuagaban, Taehyung salió primero y envolvió su delgado pero definido cuerpo en una toalla, Jungkook copió su acción y pronto estuvieron vestidos.

— Escucha Jungkookie, quiero pedirte algo-

Un chillido salió de los labios del menor, quien pronto estaba dando saltitos en su lugar, mirando su teléfono. — Chase Atlantic ¡Chase Atlantic en la fiesta de Jung Hoseok! Oh por dios, voy a morir.

Interrumpió a Taehyung y él asintió con una sonrisita, algo rendido y soltando la cajita que conservaba en el bolsillo derecho de su pantalón, sacando su mano vacía. — Se nos hace tarde, vámonos —. Le dijo, bajando las escaleras.

Enseguida que subieron al auto, Jungkook comenzó a manejar, sacando su codo y parte de su antebrazo tatuado por la ventana, mientras "Right Here" sonaba en el auto negro del menor, Taehyung por su parte iba absorto en sus pensamientos, teniendo una pelea interna en si rendirse con su misión o no, estaba tan inseguro pero esos días, ellos habían sido felices juntos, se conocieron mejor y Taehyung incluso tuvo el valor de decirle sobre su pasado, sin mentiras ni bromas, sorprendiéndose de que Jungkook se lo haya tomado con calma.

𝙇𝙞𝙩𝙩𝙡𝙚 𝘽𝙖𝙗𝙮 | 𝘵𝘢𝘦𝘬𝘰𝘰𝘬.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora