Capítulo 2

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Nos colamos en una fiesta de ricos.

— ¡LUNA FLOUKRU WOODS! — grité entrando a la habitación de mi hermana y despertándola.

Detrás de ese nido de pájaros al que llamaba cabello estaban sus ojos marrones matándome con la mirada.

— ¡¿Qué demonios pasó por tu cabeza cuando decidiste entrar y despertarme? — dijo mientras empezaba a arrojarme todas sus almohadas y cuando se acabaron optó por arrojarme sus sábanas, su peluche favorito y hasta su colchón.

— ¿Terminaste? — dije respirando hondo mientras caía al suelo junto a ella.

— Ya casi... — me lanzó su ropa interior y quedó atorada en mi cabeza. — Ya...

Se hizo a mi lado y después de respirar hondo preguntó:

— ¿A qué se debe tu visita?

— Pudiste preguntar eso antes de arrojarme la primera almohada. — la golpeé con lo primero que encontré.

— ¿Qué chiste hubiera tenido? — ambas nos miramos y empezamos a reír a carcajadas.

— El desayuno está listo... Y debes arreglar tu cuarto. — salí corriendo mientras reía a carcajadas por escucharla gritar que me mataría la próxima vez si volvía a provocarle un ataque de ira.

Cuando Luna y yo llegamos a la pizzería en mi moto, empezamos nuestra jornada de trabajo. Yo solo hice dos entregas y le ayudé a mi hermana a servir bebidas.

— Una niña literalmente acaba de lanzarme su batido de fresa. — mi hermana hizo acto de presencia con una mueca que me hizo reír.

Luna, con una secta satánica y cubierta de rosa... Eso era casi un insulto para ella.

— Agradece que no cayó en tu cabello, Luna. — comenté en broma pasando mi dedo por su delantal y saboreando el batido.

Después una especie de lucecita apareció arriba de mi cabeza como en las caricaturas cuando tienen una idea. Chasqueé mis dedos y señalé rápidamente a Luna mientras sonreía.

— ¿El batido tenía drogas? — preguntó en un susurro asegurándose de que nadie lo escuchara.

— No torpe, es Griffin.

— ¿Es algún tipo de droga que yo todavía no conozco? — ladeó la cabeza confundida.

— ¡No! La chica... Su nombre es Clarke Griffin.

Luna se quedó perpleja y no formuló palabra alguna después de dos minutos.

— Tienes los diamantes de Clarke Griffin... — musitó horrorizada.

— ¿Por qué estás tan asustada, Luna? — pregunté confundida por su reacción.

— ¿Sabes quién procreó a Clarke Griffin?

— ¿Su padre? — fruncí el ceño aún sin entender.

— Su padre es Jack Griffin, es el segundo hombre más rico del mundo después de Bill Gates. Tiene su imperio en Wall Street como todos los grandes empresarios del mundo. — explicó aún con sus ojos abiertos de la impresión.

— ¡Ay joder! Tengo los diamantes de una niña de papi. — dije horrorizada. —Seguro ya mandó al FBI a investigarme, no quiero irme a la cárcel, soy muy joven, tengo mucho que cumplir primero... — empecé a hiperventilar, pero Luna de la forma más romántica que encontró me ayudó... ¡La muy idiota me dio una cachetada!

— ¡Reacciona, Woods! — masculló intentando no hacer tanto ruido. — Ya sabemos el nombre de la chica, lo que hay que hacer ahora es mandarle señales de humo para que se entere de que tenemos su pulsera.

Pizza || ClexaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora