— Estás loca.

— Por ti, obviamente — dije agarrando mi mochila de sus manos — Me tienes totalmente loca.

— O ya eras así, y ahora me toca aguantarte — dijo colocándose sus gafas.

— Ush. Grosera — le dije con un puchero y salió riendo del auto — Ya lo decidí, no haremos ejercicio hoy en la tarde.

— Mentira, mi vida, solo estaba molestando — dijo y besó mi puchero.

Sonreí antes de darle otro beso y entrelacé nuestros dedos para recorrer el estúpido estacionamiento en dónde parecía que medio colegio estaba. Los putos murmullos que empecé a escuchar en cuanto caminamos hacia la entrada me hicieron enojar mucho. Poché apretó su agarre a lo que respondí con un beso en su sien.

Si antes había tratado de ser amable con alguno, hoy se pueden ir todos a la mierda.

Mi chiquita suspiró lo más callada que pudo, y sé que no la estaba pasando bien porque tenía su rostro agachado.

— ¿Cuántos pares de zapatos tienes? — le pregunté de la nada haciéndola reír.

— ¿Qué pedo con tu pregunta?

— Oye, solo quiero saber — dije riendo con ella — Tal vez se me ha ocurrido llevar a mi novia de compras como regalo por su premio nacional de mejor bailarina.

— Mi amor, no tienes que hacer eso. Ya me diste muchos regalos — dijo un poco tímida.

— Pero quiero darte más ¿No quieres hacer eso? — le pregunté con un puchero y sonrió.

— ¿Y si me llevas a otro lado? — me preguntó tierna.

— Tu pide, y yo te complazco.

— Vale tiene razón, sí eres mi sugar novia — dijo y ambas reímos.

— Me gusta ese título. Solo refleja lo poderosa que soy — dije al entrar al colegio haciéndola reír más.

El muro de honor que estaba a unos metros de los pasillos ya estaba cubierto con una cortina para que los nombres de los campeones nacionales fueran revelados en un par de minutos.

— ¿Me llevas a un parque de diversiones? Quiero ir a uno solo contigo — me dijo con emoción sin notar el mural.

— ¿Solo conmigo? ¿Qué quieres hacer en medio de los juegos, niña sucia? — molesté.

— Tú eres la sucia que piensa en cosas así en un parque público — dijo riendo.

— Yo pensé que querías experimentar cómo era tener sexo en una montaña rusa, pero no. Okay, anotado... a no ser.

La risa de Poché me daba mil razones más para seguir diciendo cualquier babosada para que pensar en lo que los demás decían no le afectara mucho. Las personas que caminaban por los pasillos no estaban tan interesadas en nosotras, y me daba paz saber que por un segundo no teníamos que escuchar esos murmullos estúpidos a nuestro alrededor.

— ...porque yo creía que no te volvería a ver así de cerca — me decía Poché.

— ¿Y solo para no verme la cara, ibas a irte del colegio?

— No dramatices. Ya te dije que iba a pedir transferencia a otras clases. ¿Cómo carajos lo iba a hacer? No tenía ni idea, pero no quería sentir todo esto por ti y quería alejarme lo más que pudiera. Me parecía lo más inteligente.

— En vez de enfrentarme y decir: "No te quiero más en mi vida" — dije con voz gruesa.

— Ay, pero sí lo hice. Bueno, cuando tú llegaste a mi casa, pero ajá, la cosa es que lo hice ese día que fuimos a Universal con Vale y Marcos. Desde entonces no he ido a un parque de diversiones. Fuimos a Sea World con los chicos, pero tú no estabas ahí y yo quiero ir contigo.

Sin Querer - Fanfic CachéWhere stories live. Discover now