¿Y si los hermanos Salvatore no fueran dos? ¿Y si en realidad tuvieron una hermana? Ella es Allison Salvatore, la cuál es salvada junto a su amigo de la infancia por unos brujas del linaje Bennett, la condición es que tendrán el espíritu de dos anim...
— ¿Querías dictar? — preguntó con burla, Allison tenía ojos suplicantes — Bien, guíame —
Katherine soltó las manos de la Salvatore, tomó una y la llevó a detrás de su cabeza.
Allison vio confundida cuando Katherine se arrodilló, pero aún mantenía su mano en la cabeza de la vampira, la mayor empezó a desabrochar los botones del pantalón de la coyote, la respiración de esta se cortó cuando recordó lo qué pasó la última vez que hizo eso.
Cuando Katherine iba a bajar los jeans todo se empezó a volver borroso.
De la nada Allison despierta de golpe, ve hacia los lados desconcertada hasta que encuentra a cierta vampira mirándola sonriente desde una esquina de la cueva, estaba recargada sobre la pared y su sonrisa era de pura arrogancia.
Allison se sentó y soltó un largo suspiro, intentaba tranquilizar su respiración, todo parecía tan real, sintió como sus mejillas se volvían carmesí al saber que la vampira la seguía mirando con arrogancia.
— Deja mis sueños — murmuro sin mirarla.
— Tal vez si pueda pasar la eternidad aquí... — comentó sin dejar de ver a la coyote. . . . . . . . . . .
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Allison estaba en una esquina de la cueva intentando controlarse ya que la luna estaba en su máximo punto, y después del juego de Katherine en meterse en sus sueños le era bastante dificil.
— ¿En serio no vamos hablar nada? — preguntó la morena mirándola.
— Podemos hablar de todo lo que has hecho para hacer la vida de mis hermanos y la mía miserables — se giró hacia ella.
— ¿Que quieres que te diga, Allison? — preguntó mientras se acercaba — ¿Que me arrepiento de todo lo que he hecho? Pues no — Allison soltó una risa ante la sinceridad — Se llama auto preservación — Katherine hablaba con mucha determinación — Me he cuidado a mi misma por 500 años —
— ¿Y que has ganado? — le preguntó la rubia castaña.
— Si, he hecho cosas horribles... Lo se — se sentó al lado de la coyote — Pero te amo, Allison — la coyote asintió en silencio — Aun que tu no me creas —
— ¿Quieres que te crea? — preguntó mientras se enderezaba para mirarla — Muéstrame, haz algo — Katherine la vio en silencio — Pruébame qué hay algo dentro de ti, en lo que pueda confiar —
— ¿Y luego que? — se acercó a la coyote — Aún me vas a odiar —
— Tal vez... Tal vez no... O tal vez... — una mano de la coyote fue hacia el cabello de la morena y peinó un mechón detrás de su oreja — Vea que aún hay algo de esperanza en ti... — se vieron fijamente a los ojos — Después de todo los que te odian son mis hermanos... No yo... —
