CAPÍTULO 5 - A la labor con Dheux

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De nuevo la carreta se había llenado, esta vez Dheux fue a vaciarla al cobertizo, dejando a Dux pensando respecto a cómo había llegado al pueblo, al volver con la carreta hizo un gesto para que Dux comenzara a hablar.

-Yo (...) solo me volví pirata desde los 10 años hasta hace 2 días, algo pasó y ahora estoy aquí alojándome en la biblioteca de los mil tomos, busqué trabajos en la taberna para pagar mi hospedaje- Respondió Dux saltando todo detalle de su pasado.

-¿ERES PIRATA?- Exclamó Dheux emocionado, ignorando la vaga historia -Seguro era increíble, no trabajar, solo robar y saquear tesoros mientras cantas y bebes cerveza en un bote, junto con peces y ballenas-

-Se nota que jamás te has siquiera acercado al mar- Respondió Dux ofendida viendo la ingenuidad de su compañero.

Ante su comentario permanecieron callados el tiempo restante que estuvieron allí, sin notarlo habían terminado la limpieza, Dux llevo la última carreta al cobertizo y la vacío, la limpió con agua mientras Dheux limpiaba las palas.

Aún sin dirigirse la palabra, recibieron cada uno una bolsa con galletas del elfo, tomaron rápidamente una taza de té que ya se había enfriado, pero no sé quejaron de nada.

El elfo firmó el pergamino y Dux volvió a enrollarlo y ponerle su listo rojo, agradeció al viejo por la oportunidad y sacó el segundo pergamino.

-Llévame a donde este agricultor, si el sol se oculta antes de capturar al oso no entraré en el bosque ni porque me paguen- Dijo Dux alcanzándole el pergamino con la dirección.

-¿Por qué insinúas que nunca he estado en el mar? Sí estuve, 2 veces de hecho, una a los 9 y otra a los 13- Cuestionó Dheux ignorando la orden de Dux.

-Si ibas dormido en una pequeña balsa que navega cerca a la orilla no cuenta- Respondió Dux con una sonrisa falsa en la cara - El mar abierto es un lugar hostil, no recuerdo la última vez que vi pececitos amigables en mis rutas, además, los piratas tomamos vino, no cerveza-

-Bueno, pero seguro sí los hay, a mí la verdad me gustaría ser pirata, aprender a luchar con espadas y no tener que trabajarle a nadie- Dijo Dheux imitando con gestos una lucha de espadas.

-Eres adorablemente ingenuo, llévame a donde el agricultor, no queda mucho tiempo- Ordenó Dux impaciente, no había tiempo para cuestionar las ideas falsas que tenía el muchacho sobre la vida pirata.

Dheux dirigió a Dux al siguiente destino, comieron las galletas que les dio el elfo como almuerzo mientras se dirigían al lugar, llegaron un tanto cansados cerca de las dos y media de la tarde.

Dux tocó la puerta y nuevamente se presentó, mostró el pergamino y escuchó atenta las indicaciones del hombre cabeza de hongo que les había abierto la puerta.

-Ese asqueroso oso lastimó a mi perro, Waffles, por suerte en nuestro encuentro logré clavarle una pequeña daga naranja en una de sus patas traseras, seguro con eso lo encuentran, no fue hace mucho así que seguro sigue en el bosque cerca- Les dijo el hombre hongo -Si lo encuentran hoy les pagaré 12 monedas de oro-

Dux y Dheux asintieron, tomaron una pequeña pistola que les dio el hombre como ayuda y se adentraron al bosque.

Ciertamente, no demoraron mucho en encontrarlo, solo una hora en la que Dheux constantemente le preguntaba a Dux sobre su experiencia pirata, intentando confirmar o desmentir sus teorías, preguntas como "¿Enserio los capitanes siempre tienen una pata de palo?" "¿Si un pirata queda ciego usa un parche o solo los cargos importantes?" "¿Alguna vez llegaste a ser capitana?" "¿Es verdad que las sirenas son tan hermosas como dicen?", todo esto le hacía doler la cabeza a Dux, sin embargo, intentó responder con el mayor tacto posible, estaba segura de que si su vida hubiera sido diferente seguro también tendría esa curiosidad por ignorancia.

Justo antes de responder la última pregunta, Dux vio a un oso junto a un arroyo, parecía tener una pata lastimada, estaba soltando rugidos de dolor, al acercarse más notó que su pata tenía clavado algo, tenía un mango naranja, seguro era la daga del hombre hongo.

-Dheux ¿Qué tanta puntería tienes?- preguntó Dux en voz baja sacando la pequeña arma que le había dado el hombre hongo.

-Pues (...) De pequeño usaba seguido un arco, acertaba 6 de cada 10 tiros- Respondió nervioso al ver al animal -¿Estás segura de que lo quieres matar? Me da mucha lástima por él, porque tenga familia-

-Mira, el "pobre" seguro está muy lastimado, si no lo matamos ningún médico o brujo lo va a sanar, se infectará su pata y puede morir lenta y dolorosamente- Respondió Dux intentando que Dheux no se arrepintiera, viendo su tamaño, solo le tomaría más tiempo del necesario -Piensa que le hacemos un favor, acabamos rápido con su sufrimiento ¿Sí?-

-Vale ¿Qué debo hacer yo?- Preguntó Dheux aún sin estar totalmente seguro.

Dux le pasó el arma, le pidió que esperara su señal, ella iría a ponerlo en una posición que dejara a simple vista su pecho, ahí Dheux solo debía dispararle con todas las balas al mismo punto dónde queda el corazón, para asegurarse de que fuera instantáneo.

El plan fue seguido a la perfección, Dux se escabulló por detrás, de cerca y con la adrenalina alta el oso no se veía tan grande como se lo había pensado, con ayuda de unos palos que encontró por ahí logró golpear e inmovilizar al oso, Dheux disparó a su señal con cara de arrepentimiento hasta que el animal cayó finalmente al suelo.

-Lo de 6 de 10 era literal- Dijo Dux jadeando del cansancio -Creo que el cabeza de hongo le gustaría recuperar su daga, vamos a sacarla- Dux tomó el mango naranja y lo jaló -Hongo mentiroso, esto no es una "pequeña daga"-

Al sacar el mango, se reveló no una pequeña daga sino una espada de tamaño mediano.

-Fue más fácil de lo que pensaba, claro, el animal seguro tenía esto atravesándole de pata a pata (...) Lo siento mucho fortachón, pero, el pergamino dice que también paga por tu cabeza- Dijo Dux antes de aprovechar la espada para cortar la cabeza del oso.

Dheux tomó la cabeza del oso y la alzó, llevándola hasta la casa del hombre hongo, al llegar, el dúo le entregó la cabeza y la espada al hombre hongo, quien les agradeció con una sonrisa inocente y firmó al instante el pergamino de su misión, antes de que se fueran les ofreció un maíz asado a ambos, Dux lo rechazó, pero Dheux lo recibió con gusto; tras esto se marcharon de nuevo a la taberna para reclamar los pagos.

Llegaron cuando comenzaba a anochecer, había sido un día largo, Dux entró a la taberna y reclamó los pagos de 14 monedas de plata y 12 monedas de oro, agradeció la oportunidad al tabernero y salió del lugar.

-Toma, 5 monedas de oro, el resto de tu paga mañana, cuando cumplamos la tercera misión- Dijo Dux entregándole su pago a su compañero.

-Pero (...) Está bien ¿Dónde nos vemos mañana?- Preguntó Dheux viendo su pago en mano.

-En la entrada de la biblioteca de los mil tomos a las 8 y media, ni un segundo tarde- Respondió Dux yéndose de nuevo a la casa del elfo bibliotecario.

Llegó sucia y sudorosa, justo mientras Edwyrd cerraba la biblioteca.

-¿Pero qué te pasó?- Preguntó Edwyrd viéndola pasar.

-Vacas apestosas y un oso herido, día tranquilo- Respondió Dux estirándose -toma, el pago de ayer y de hoy- Dijo la pirata dándole 7 monedas de oro y 6 de plata.

Con solo 8 monedas de plata a su poder, Dux fue cansada a la recámara rentada, dejo sus pocas pertenencias, tomó una ducha de agua fría y se acostó a dormir profundamente, había llegado tan cansada que logró dormir toda la noche.

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Dux Bogdánov, oportunidad de vida.Where stories live. Discover now