Mafia italiana. (3.5 SAP)

Capítulo 12.

Brandon.

¿Cómo si me gustará la idea de casarme con ella?

Marena no tiene ni una puta idea lo cabreado que estoy con mi hermano por imponerme a que contraiga matrimonio con ella en tres meses. Nunca pensé en casarme, quería una vida libre y sin compromisos, pero ahora estaba en una jodida joyería acompañado de mi cuñada, Rachel, para elegir el anillo de compromiso ideal para entregarle a la niña. Si en el día de hoy no lo hacía, Giovanni me había advertido que él la tomaría como su esposa para protegerla y eso no me gustaba para nada.

Yo la acepte como forma de pago de esa deuda, fui el que le disparo al viejo Busnelli cuando quiso arrebatarla de mi lado, la que se enfrento a su hijo hace un par de días buscando llegar a un acuerdo para mediar una paz, pero ese maldito bastardo la quiere a ella, su trofeo y víctima para vengar la muerte de su padre. Ni por todo el oro del mundo voy a permitir eso, prefiero que este a mi lado porque la voy a cuidar antes que caiga en manos equivocadas y hagan de su vida más miseria de lo que ya lo era antes de salvarla de esa casa.

— Creo que este, Brandon — acota mi cuñada mostrándome un anillo de compromiso de oro rosa y un modesto diamante.

— Ese — le marco al dependiente.

— ¿Estás seguro? — escucho la pregunta de Rachel.

— Si  — me limito a contestar suspirando.

No quería esto, pero a estas alturas no había alternativa de ninguna forma. Teníamos muchos enemigos, empezando por la mafia irlandesa que quiere matar a Rachel y tomar el dominio de mi hermano Daniel, después el drama de la traición de Josefina contra mi prima Pía, que murió hace casi dos meses, luego mi problema con Busnelli y por último la discordia de Vanni con la mafia china.

Tenemos muchos enemigos, toda la vida va ser igual. Estar donde estamos trae esto, gente que quiere nuestro poder y eso sin dudas nunca va a suceder.

El empleado de la joyería me entrega empacado el anillo y suspiro sabiendo que acá esta mi condena, definitivamente estoy atrapado a ella.

— ¿Dónde estaban? — la voz de mi hermano mayor nos detiene cuando volvemos a la mansión en Sicilia.

— Acompañe a Brandon — responde Rachel caminando directo al sillón donde se sienta.

— ¿Ah? — consulta Daniel.

Pongo los ojos en blanco.

— Solo me acompañó a elegir el anillo de compromiso, si mal no recuerdo tú y Vanni me están obligando a casarme — ironizo.

— Giovanni tuvo la idea, no me parece mal — comenta mi hermano encogiendo sus hombros mientras se sienta a lado de su mujer.

— Hola — la niña aparece vistiendo un lindo vestido azul que resalta su pálida piel y esos impresionantes ojos marrones que ella tiene.

Ella es un demonio vestido en forma de ángel.

— Ya que estas aquí — digo mirándola a los ojos.

— Brandon — quiere detenerme Rachel con una mala mirada de su parte.

— No es la forma — me advierte Daniel.

— Ella no lo quiere y yo menos, lo hacemos porque nos obligan a ambos — hablo bufando.

Corto la distancia que nos separa, del bolsillo de mi pantalón saco esa cajita color negro ante su antena mirada y la escucho cadejar cuando le muestro el anillo.

— Llegue para el mejor momento — se burla Vanni al vernos.

Mis ojos se conectan con los de ella y lamento hacerle esto, pero no tenemos escapatoria, la cuido y le doy la protección siendo mi esposa hasta que solucione los problemas con Busnelli, después de ahí prometo dejarla ser libre.