𝐚𝐦𝐨𝐫𝐞 | 𝐉𝐞𝐚𝐧 𝐤.

Primo Passo

...

— ¿Ya te consiguió una manta, tn? — Tu madre preguntó alzando una ceja, aunque mantenía una pequeña sonrisa, ella estaba jugando. — En la noche suele quitártela si no tienes cuidado.

— Ya se la conseguí, mamá. — Tú te asomaste en la puerta de tu habitación, tu madre buscando molestarte un poco sabiendo que Jean era tu novio. — Ya deberíamos ir a dormir...

Ya era de noche, Jean estaba ahí porque no quería volver a su casa siendo tan tarde, por suerte a tu madre no le molestaba, pues le había caído bien Jean desde que lo presentaste como tu amigo, y ahora que ella sabía que era tu novio no perdía el tiempo en hacer algún chiste típico de señora de su edad con respecto a vuestra relación, al menos sabía en qué momento parar, creías tú, ya que con el tiempo aprendió.

— Buenas noches, señora. — Respondió Jean con respeto hacia tu madre, este despidiéndose hasta el otro día con una sonrisa, a veces estaba un poco tímido, y otra veces se le veía más atrevido, realmente dependía mucho en qué manera tu madre decidiera hablarle primero.

— Sí, sí. — Rió ella caminando hasta su habitación, separada por una habitación vacía de la tuya, se oía también como arrastraba sus pantuflas a través del piso de madera. — Descansen, si es que pueden.

Como pudiste lo apuraste empujándole dentro de la habitación, inmediatamente cerrando la puerta detrás de tí, suspirando levemente, era la primera vez que dormirías con él en todo lo que llevaban de relación, y aunque realmente no estabas muy nerviosa, si pensabas en la manera en la que seguramente estarías con él, ya que no sabías que hábitos tenías al dormir, pensando incluso que podías roncar y no dejarlo descansar bien.

— ¿Cuál es mi manta? ¿La crema o la de Hello Kitty? — Le escuchaste replicar desde en frente de la cama, después de eso soltó una risita. — Siento que Hello Kitty pega más con mi estilo.

— Muy gracioso. — Diste unos pasos hacia él, tomando en tus manos el control del aire acondicionado así encenderlo, configurándose para apagarse dos horas después de prenderlo. — Ya quisieras, Hello Kitty me pega mejor a mí.

— ¿En serio? — Alzó una ceja hacia tí, disfrutando de la confianza que había entre los dos, relajó su cuerpo, haciendo que sus hombros cayeran hacia atrás para apoyarse en la cama de doble. — Sigo pensando lo contrario.

Ambos siguieron argumentando un par de minutos, en el armario tuyo habían otras mantas similares que acumulaste en tu juventud, como estaban como si fueran nuevas, realmente no invertiste tu dinero en comprar más, siendo las únicas así monocromáticas que tenías las que simplemente usabas para darle armonía a tu cuarto y que se viera entre muchas comillas estético.
Aquellas mantas de caricaturas de tu juventud se tomaban su turno para acobijarte cada día, le hubieras mostrado a Jean tu preferida, pero en este momento se estaba lavando.

Y aunque habían usado la excusa de que iban a dormir para tener tiempo entre los dos, realmente no tenían sueño, de hecho prefirieron ver estupideces en la laptop que tenías en casa, compartiendo los audífonos para tampoco hacer mucho ruido, incluso jugando en sitios online en donde se tenía que aplicar la jugada de manera cooperativa, y realmente no fue muy bien porque se terminaron peleando un poco de broma.

Pero nada pasaba a mayores por el tiempo que se conocían. Jean y tú se conocían desde hace tres años, solo porque de un día otro Mikasa los presentó, en un principio no se prestaron mucha atención y simplemente salían esporádicamente a fiestas en las que también invitaban a Mikasa, pero la continuidad los hizo hacerse cercanos, luego de un año y medio la gente podía jurar que se conocían de hace décadas incluso, su amistad siendo muy destacable, curiosamente una cosa llegó a la otra, ya que se tenían mucha confianza solían ligar entre ustedes, sin ninguna clase de excusa, solo porque sí, pero entre broma y broma, terminaron gustándose, hasta hacerse novios solamente hace unos meses.
Incluso creíste que vuestra relación en un principio no duraría ni un mes, porque no os las tomaríais en serio, pero Jean en todo momento daba a entender cuan importante y sensato se sentía él con vuestra relación.