— entonces Jennifer ya conoce a Chloe y los niños también – me mira Maia desconcertada.
— para mi lamentable suerte si, es que no se quien está mas loca, si la Jennifer o yo, pero todo me pasa por ser una zorra y meterme con hombres casados.
— ni que lo digas, esto está fuerte.
— y Oliver contrato a una puta, no más puta que yo, para que se hiciera pasar por su amante y así desviarme de los ojos de Jennifer pero la puta resulto ser astuta y maniáti...
— ¡Que romántico!.
— romántico nada, eso me enoja.
— ¿Que hizo la maniática? – pregunta.
— no lo sé, se enamoro y ahora nos quiere separar.
— yo de ti la mató.
— y es lo que voy a hacer, pero para estar cerca de ella tengo que perdonar a Oliver peor eso aun no quiero hacer por que no es tan fácil.
— entonces deberíamos ir al entraniento ahora mismo, es a puertas abiertas.
— okay.
Miró a mi hija y dejó un beso en su mejilla.
— Elena – grito.
— ¿Dime? – reaparece desde la cocina.
— quedate con Chloe, prometo no tardarme.
Asiente y se acerca a la bebé, Maia y yo tomamos nuestras cosas y salimos de la casa dirigiendonos a su auto, empieza a conducir y si, ya estamos camino a Oliver y a la tal Alina.
Bueno, no se ni por qué estoy haciendo esto pero se que va a ser muy interesante, odio los entrenamientos a puerta abierta.
— ¿Mal de amores?.
— ¡Jalo! – respondo y enciende la radio del auto poniendo la música.
Suena mal de amores de Sofía Reyes y Becky G, siento que nos falta una botella de cerveza para ahora mismo ser felices.
— odio que no haya partys de finde – me quejo y ríe.
— de todos modos ya tienes una hija a la cual cuidar así que de nada serviría que haya la fiesta de finde.
— tienes razón, simplemente por eso voy a dejar que Oliver sea el padre de mi hija, no por que lo es, si también por que necesito que alguien más la cuide y me ayude a criarla, después de todo yo no tengo experiencia y mejor ya no hablo.
— si, calladita te ves más bonita.
— okay.
Varios minutos después llegamos y entramos al estadio, vaya sorpresa de lleva Oliver cuando me ve.
— ¿Se sorprendió? – pregunta Maia y reímos.
— es por que algo oculta.
— me siento como una niña, ¿Por qué susurramis si nadie nos oye?.
— no se.