Capítulo 3

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Se podría haber dejado caer un alfiler sobre la hierba y se habría oído su impacto. Todo el terreno junto al lago se había quedado en silencio. Los ojos estaban abiertos y sin parpadear. Las bocas estaban abiertas. Todo el mundo, salvo dos buscadores que se abrazaban, estaba conmocionado.

Nadie se movió. Era como si se hubiera lanzado un maleficio sobre todos los presentes. Tampoco podían apartar los ojos. El espectáculo que tenían delante era inimaginable. El Chico Que Vivió estaba abrazando al Buscador de Bulgaria, y parecían cercanos, como amigos.

El consenso general fue aclarado por el hijo menor de los Weasley.

-¡¿Qué demonios?!-.

-¡Señor Weasley!-, llegó la severa voz de la profesora McGonagall, -¡Diez puntos de Gryffindor por su lenguaje!-.

Harry y Viktor fueron sacados bruscamente de su pequeño mundo al oír la amonestación de la profesora escocesa. Por fin se dieron cuenta de las miradas de los alumnos de Hogwarts con los ojos muy abiertos, además de las cejas levantadas de la delegación de Durmstrang. Harry se dio cuenta de que Ron parecía una mezcla entre estar a punto de estallar y desmayarse de la impresión. La reprimenda de McGonagall claramente no le había llegado.

-Bueno, sabía que esto pasaría-, le dijo Harry a Viktor, separándose del abrazo.

-Era antes o después. Yo quería que fuera más tarde-, respondió Viktor.

-¡¿Qué?!-, volvió a sonar la voz de Ron.

Para evitar que al pelirrojo le diera un aneurisma, Harry decidió que era el momento de sincerarse.

-Lo explicaré todo con detalle más tarde-, dijo Harry, -Pero la versión corta aquí, Viktor y yo nos conocimos durante el ataque en el Mundial. Nos hemos estado escribiendo durante el verano y el comienzo del curso-.

Eso pareció despejar un poco el ambiente, pero no mucho. Todavía había demasiadas preguntas que pasaban por la cabeza de los que observaban la escena que tenían delante. Y querían respuestas... ya.

Alguien se aclaró la garganta, haciendo que la atención de todos se dirigiera hacia ellos.

-Bueno- comentó Dumbledore, -esto ha sido ciertamente un cambio inesperado de acontecimientos para la mayoría de nosotros. Pero creo que deberíamos buscar el cálido confort del vestíbulo donde nos esperan los alumnos de Beauxbatons, antes de que todos muramos de frío-.

Dejando temporalmente de lado el susto en favor del calor, los alumnos de Hogwarts y Durmstrang siguieron a sus profesores y a su director, respectivamente, por el camino hacia el castillo. Harry se quedó al lado de Viktor, ignorando los murmullos de sus compañeros que, casi con toda seguridad, se referían a él ahora.

A mitad de camino, Harry notó que un pequeño grupo de alumnos de Durmstrang, dos chicos y dos chicas, se acercaba a ellos.

Viktor! Nunca nos hablaste de él!- uno de los chicos habló en lo que Harry supuso que era alemán.

-Lo siento, Klaus-, respondió Viktor en un alemán fluido, -Se suponía que era un secreto-.

El buscador volvió a cambiar a su acentuado inglés por el bien de Harry -Harry, estos son mis amigos, Klaus, Nicolae, Uliana y Anastazja-.

-Es un placer conocerlos a todos, soy Harry Potter, el amigo por correspondencia de Viktor-, se inclinó Harry respetuosamente.

-El placer es nuestro-, respondió Uliana, con su acento ruso prominente, -No todos los días se puede ver a Viktor sonreír tan genuinamente-.

-Uliana...- Viktor se quedó mudo.

-¡Oh, vamos, Viktor!- Nicolae intervino, -Esa sonrisa cuando abrazaste a Harry era definitivamente real. La mayor parte del tiempo vas por ahí con ese aspecto-.

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