El Amor En Un Cono

Cansada

La lejanía entre Axel y yo ha vuelto sin razon alguna, se siente tan frio hablar con él

¿Qué hice ahora?

Era la pregunta que constante surgía en mi mente, no sé qué carajo pretende

—Siempre lo alejo todo —Murmure abrazándome

Voy camino a la escuela, veo a Matías caminar con sus grandes audífonos y corro hasta él

—Matías —Digo quitándole los audífonos

—Oh, Katie —Dice regalándome una pequeña sonrisa

—Sabes algo de Nathaniel?

—No, la verdad no, hace tiempo que no hablo con él, ¿Que paso?

—Se ha ido de casa

—Oh, enserio no sabía, lo siento

— ¿Seguro que no sabes nada nadita?

Tuerce los labios y se rasca la nuca —Si, lo siento

Matías se va y me quedo allí plantada un par de minutos más, sigo caminando, las frías brisas me dan en el rostro

Llego al salón, música es la primera clase, la verdad fue aburrida, hoy no tengo las ganas de estar en el colegio

Me salto las otras dos clases, me las paso en la cafetería, solo tomando café caliente, no soy muy amante del café, incluso podría decirse que no tomo café, pero las últimas semanas el agotamiento físico ha incrementado

Los doctores que analizan a mamá dicen que es por la falta de comida y sueño, pero desde que madre está internada en el hospital podría decirse que vivo sola, trabajo medio tiempo como bar ténder, es un horrible trabajo donde es una miseria lo que me pagan, luego de clases voy a casa, hago mi tarea y preparar algo de pan y galletas, luego lo vendo, a la hora que termine corro a casa y voy a visitar a mi madre al hospital un rato, cuando quieren ser las ocho ya tengo que estar en el bar y estar alli hasta los tres de la madrugada, es difícil vivir sola

Padre aun no aparece, no hace falta tampoco, los chicos se han distanciado gracias al final de semestre, los exámenes están difíciles, las cosas se complican cada vez más, ese peso me mata y necesito mucho café para poder pasar esto

Termino mi vaso de café, creo que es el quinto vaso del día, tallo mis sienes ante el dolor de cabeza, la responsabilidad se pesa en mis hombros

Mis abuelos maternos me mandan algo de dinero, eso lo agradezco, me ayuda en algo, Adrien me ayuda trabajando igual, me siento agotada a cada minuto, me estoy apagando por todo

—Necesitas ayuda —Murmura Danna sentándose frente a mi

—No sé de qué hablas, yo estoy bien —Murmuré llevándome a los labios un cigarro

— ¿Desde cuándo fumas? —Pregunta

Me encojo de hombros y le doy una calada al cigarro —Hace meses, los encontré en el cajón de Nathaniel

Danna trata de arrebatármelo pero soy rápida y lo evite — ¿Que haces?

—No, ¿Que haces tú? Esa es la pregunta, Katie, te ves del asco

Las palabras de Danna son ciertas, me veo del asco, mi madre ha empeorado, sus decaídas son bastante continuas, el dinero no alcanza para los gastos de la casa, quiero llorar, quiero gritar, quiero un simple abrazo, eso me haría muy bien ahora

Danna me quita el cigarro y lo pisa

—Recuerdo que no te gustaba que Nathaniel hiciera eso Katie, ¿Por qué ahora lo haces tú?