—Te quedaron bien.

—¿Los viste todos? —se sentó—, te faltan los más divertidos.

Puse mi mano sobre la suya, volvió a poner otra encima de la mía para entrelazar los dedos. La verdad la estaba pasando mejor de lo que esperé viviendo con ella, creí que estaría llena de pánico pero lo que más me da es paz. Me gusta lo feliz que me siento cuando estoy cerca suyo, también quiero hacerla feliz.

Suspiré, acarició mi palma.

—¿Los quieres recrear?

—Eh —me aparté de un salto—. ¿Qué cosa?

—¿Quieres recrear mis dibujos? —me tomó de la barbilla—, ¿O quieres posar para mí?

No quiero que esto se acabe jamás.

Quizás romantizo mucho mi vida, mis sentimientos, a ella. Pero esa mañana con los rayos de sol iluminando la miel en sus ojos, con mi corazón por explotar pero en plena tranquilidad pudiendo hablar de lo que sea, de cualquier ámbito no solo sexual con su risa de labios sellados esperando a mi reacción, quise capturar el momento en una fotografía para tenerlo por la eternidad.

—Te anhelo mucho, Honne.

—¿Eso es un sí?

—Llevamos semanas de relación de vuelta, aun no te tengo un sí.

—Tontita —su mano bajó de manera no intencional a mi pierna—, ¿En algún momento te gustaría casarte? Es decir, en tu plan de vida, ¿es algo que quisieras hacer o te da igual?

—Mi respuesta es algo triste —fingí reír—, lo cual es feo porque arruino el momento romántico, pero es la verdad por si la deseas. —bajé la cabeza.

—No tienes por qué esconder lo que piensas o sientes sobre algo solo porque es triste, de hecho, pienso que esas son las cosas que más deberíamos decir. Así desahogarnos.

—Nunca pensé que casarme porque en mi país no puedes hacerlo entre chicas, o chicos.

Se quedó callada, me sentí obligada a rellenar el vacío por lo que carraspeé.

—Nunca pensé en tener un anillo o una ceremonia, pero sí una casita en el bosque, un hámster, un niño, un jardín con flores y estar con la persona que quiero pasando diciembre, bailar en la cocina.

—Casarme ni siquiera es un sueño —me tiré a la cama a ver al techo—, solo lo sería si...

—¿Si?

Si es contigo.

—Si lo pienso, soy impulsiva. Tal vez un día me levante, me apetezca y me case con lo primero que vea.

—Tengo que asegurarme de dormir contigo siempre, con tal de que me veas al despertar.

—Te odio, yo soy la compositora sin embargo todo lo que hablas es poesía.

—Solo hace falta que me digas para que te ayude a escribir las canciones.

—Qué linda, al fondo le encantará oír más letras intensas.

—¿Intensas? ¡Hay que hacerlos llorar!

—Dios los ampare —me levanté recogiendo a copito—. te deseo mucha suerte en la entrevista, cuida a Luka de mi parte.

Su agarre en mi brazo paró mi huida, siquiera pensé bien en el cuaderno, era muy temprano para temblar. Me faltó el aire y las agallas para continuarlo, Honne tiene mucho talento, me gustaría que ilustrara mis álbums, que decorara la casa con sus pinturas, que hiciera retratos para...

Si ellos supieranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora