37. "Pintando nubes"

124 11 2
                                    

Capitulo treinta y siete.

Después del martes por la noche de mi breve visita al hospital y las promesas hechas, la semana transcurrió con "normalidad". Y con ello, me refiero a sin discusiones, y sin noticias acerca de Jason. Dejé de llamarle desde el teléfono de Liz, y a pesar de que mamá me había devuelto mi teléfono, no intenté contactarle. Porque, en el fondo, tenía fe. De que me buscaría, y juntos averiguaríamos la forma de cómo solucionar esto. Mi fe era un pequeño fuego que continuaría atizando hasta que mi brazo se cansara. Y el hecho de no saber de él, me lo ponía más difícil.

Estaba segura de que todo tenía explicación.

Él me buscará. Lo sé.

Recibí un mensaje de texto de Cassie, junto a fotos de su vestido de novia recién llegado de Nueva York, con varios emoticonos de corazones y fuegos. Su boda estaba planeada para llevarse a cabo en febrero, y me había hecho prometerle una y otra vez que Jason y yo estaríamos ahí como los padrinos. No pude mencionar nuestra situación actual, porque sería involucrarlos, y no podía correr ese riesgo. No sin hablar con él antes. Le contesto de vuelta, y guardo el teléfono, antes de que mi inquietud me llevara a preguntarle por Jason. Necesitaba saber que estaba bien, o la ansiedad me comería viva.

Por otro lado, estaba la escuela. Era mi último año, y quedaba solo un semestre para decidir qué haría por el resto de mi vida. Era demasiada presión en tan poco tiempo, y con todo lo que había pasado, estaba prácticamente parada sobre una rama vieja. Un paso en falso, y caería al precipicio. Suena exagerado, pero mis notas me lo gritaban a la cara.

—No puedo creer que ahora todas tus tardes consistan en pintar escenografías.

Liz llega a mi lado y se sienta con las piernas cruzadas, enseguida de una de las nubes de cartón forradas de tela que me tocó dibujar y pintar. Fue la opción que encontré más viable para poder salvar mi semestre; era esto o unirme a un equipo de deporte, pero mi rendimiento físico es el de una papa. Inexistente.

—No puedo creer que no me hayas dicho que conseguiste uno de los papeles principales de la obra. O que hicieras una audición para el club de teatro. O que cantaras.

—Lo siento, Mads, pero no quise molestarte con mis cosas. Además, no soy tan buena.

—Oh, cierra la boca. Te acabo de escuchar ensayando "There are worse things I could do", y me has hecho llorar. Cantas increíble.

—Oh, gracias. No sigas, que estoy pensando seriamente en cortarme el cabello como Rizzo.

—Estoy segura de que se te vería increíble. Pero, aún no me has dicho, ¿Qué haces aquí? ¿No deberías de estar en tu casa?

—Oh no, mi tía tiene reuniones con su club de solteronas, las cuales son un poco indiscretas. No tenía ganas de escuchar por milésima vez la historia de cómo el tercer esposo de Betty se acostó con su vecina. Prefiero verte pintar nubes, es más divertido.

Arrugo la nariz, a la vez que saco una sonrisa, y vuelvo a mi trabajo con el pincel. Mi mano se comienza a sentir entumida por el tiempo que llevo en la misma posición, y mi espalda quiere pedir ayuda.

—Chicos de escenografía, pueden tomar un descanso. Nos vemos en veinte minutos.

—Oh, gracias, todopoderoso —murmuro para mí.

Me pongo de pie y me dirijo casi corriendo hacia el pasillo de la escuela para estirarme un poco. Eran las tres de la tarde de un viernes, lo que significa que la escuela se encontraba casi desierta, a excepción de las personas del teatro y los esclavos salvando el semestre, como yo.

Segundas Oportunidades -  Segunda parte "El destino ya estaba escrito"Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon