17. "¿Podré perdonarlo?"

1.4K 72 1
                                    

Capitulo diecisiete.


Jason.

—Te llevare a casa —le digo, cuando ya vamos en el camino. Ella no me mira, ni yo la miro a ella.

—No, me dejaras de nuevo de donde me secuestraste.

—Como diga, jefa —gruño, luego saco un cigarrillo del bolsillo de mi pantalón, junto a un encendedor y lo enciendo, inhalando el tabaco y después exhalando el humo, sacándolo por la ventana. Ella me mira con desaprobación, y abre la ventana totalmente.

—Hace frio, ciérrala —le ordeno, tratando de ser autoritario suavemente. Y estoy en lo cierto, es diciembre. Hace un frio inmenso que no lo aguanta cualquiera, menos ella con su blusa de cuadros azules arremangada. Noto que su piel esta erizada por el frío.

—No, si lo hago moriré de un tumor en los pulmones —espeta, con los brazos cruzados, cubriéndose. Me divierte verla enojada, pero no deja de preocuparme—. No sabía que fumabas —agrega.

—Siempre lo he hecho, solo que no lo hacía estando contigo.

— ¿Por qué lo haces ahora? —pregunta.

—Porque tú dices que no me amas.

—Eso no significa que no me preocupe por ti.

Sigo haciendo el mismo procedimiento con el cigarrillo. Paro el auto cuando llegamos a una luz roja del semáforo. Ella aprovecha, y me lo quita, después lo tira por la ventanilla.

—Eso no es justo —frunzo el ceño y mis labios, ella sonríe levemente. Me encanta verla sonreír. Es tan linda.

—Cállate y conduce.

Noto que me he quedado mirándola fijamente durante vario tiempo, que ni cuenta me he dado de que ha cambiado a luz verde. Algunos autos tocan su bocina, pero no me importa. Con ella no me importa nada.

Pise el acelerador más fuerte, generando más velocidad y conduzco como lo hago siempre. Después de vario tiempo de recorrido, por fin llegamos al dichoso parque del cual la 'rapte'. No me arrepiento. Ni de golpear a su amigo, ni de habérmela llevado así como así. No valió tanto la pena, pero fue el único momento que pude hablar bien con ella.

_______ se baja del auto, la sigo, no pienso dejarla sola con ese idiota. Sé que está enamorado de ella, y no permitiré que intente llegar a algo más. Con mi chica nadie se mete.

—No está, ¡no está! —dice alarmada, llegando al punto exacto donde lo deje golpeado.

— ¿Crees que se iba a quedar aquí esperando a que volvieras? Ese tipo te fue a delatar con tu familia, y de seguro les dijo quién soy yo. ¡Bravo! A ese idiota lo voy a matar, tenlo por seguro.

Mis manos se transformaron en puños al instante. Si ese imbécil se había atrevido a delatarla con su familia, no la contaría.

—Tu no mataras a nadie —me advierte, señalándome con un dedo y una mano en su cintura.

—Tan siquiera lo golpeare hasta dejarlo inconsciente.

—No vas a tocarlo. Y no creo que lo haya hecho, de seguro se fue casa —me asegura, pero no la noto tan segura. Suspira, y se acerca con un señor que tiene un pequeño puesto de golosinas.

Me acerco, para saber qué le pregunta y que averigua.

— ¿Qué te dijo? —le pregunto, cuando ella regresa con su bolso en la mano, y una hoja de papel en la otra.

—Solo que me dejo mi mochila y esta nota, me dijo que se notaba muy enojado.

—Lo golpee y lo deje inconsciente, debería de estar feliz —digo con sarcasmo. Le sonrío de la misma manera, pero ella solo me mira molesta.

Segundas Oportunidades -  Segunda parte "El destino ya estaba escrito"Onde histórias criam vida. Descubra agora