13. Pensando en Alice.

496 80 14
                                    

—Alina —susurra una voz que quiero ignorar—. Alina vamos, sé que estás despierta
Alice insiste, tocando mi mejilla con el pulgar de su dedo.
—Quiero dormir Alice, acabo de llegar
—Y es gracias a mí que nuestros padres no se dieron cuenta pero necesito que me expliques que fue lo que pasó para que Evie me llamara preguntando por ti
Suspiro de manera exagerada antes de abrir los ojos.
Alice se encuentra tendida en la cama, con su cuerpo a excasos centímetros del mío. De nuevo me vine a meter a su cama porque Evie acapara en su totalidad la mía, mas tenía la esperanza de dormir un poco antes de ser bombardeada con preguntas.
Parece que no será así.
¿Pero qué podría decirle?
Si le digo que estaba con Zach, tendré que revelar más que el simple hecho de mi paradero desconocido. Tendría que confesarle a Alice lo que he estado sintiendo por meses en la oscuridad, revelarle mi secreto y además decirle que estuve celosa de ella, y eso es algo que no quiero contarle, a ser posible nunca.
—Estuve con Gabe —suelto como excusa.
Su ceño se frunce.
—¿Gabe?
—El mejor amigo de Sebastian
Su expresión cambia completamente ante la mención de Sebastian, pero trata de ocultarlo aclarando su garganta.
—¿Estás saliendo con él? ¿Pasó algo entre ustedes? —me pregunta desviando la mirada.
—No, solo nos encontramos en la fiesta —bostezo con los ojos cerrados—. Hablamos, bailamos, se me pasó el tiempo
—No te pasaste por un par de horas y ya Alina, estuviste toda la noche fuera. Y sé que no eres una niña, ya eso me quedó claro pero...
Abro mis oídos para encontrarla mirándome y con sus mejillas teñidas de un ligero tono rosa.
—Alice, no hice nada con Gabe —afirmo con voz firme.
«Hice un montón de cosas, pero no con Gabe»
—De acuerdo, igual, no debería preguntarte estas cosas
Sonrío, acercándome un poco a ella.
—Eres libre de preguntarme cualquier cosa, eres mi hermana —musito sin dejar de mirarla.
Sus ojos azules me devuelven la mirada y una pequeña sonrisa aparece en sus labios.
—No me dijiste cuando perdiste la virginidad
—Porque no fue la gran cosa, al menos no para mí —me apresuro a agregar esto último—. Sé que para ti será algo importante cuando ocurra
—¿Me hace una estúpida querer que sea especial?
Sacudo mi cabeza.
—Tu tienes de estúpida lo que yo tengo de virgen —bromeo, haciendo que una pequeña risa se escape de sus labios.
—Si quieres que sea honesta, llegué a creer que con Sebastian... —ella se detiene y puedo ver como sus ojos se llenan de lágrimas.
Se aleja de mí, sale de la cama y mira hacia el techo por lo que parece una eternidad en donde guardo silencio y solo la observo, porque quizás lo que yo tenga para decir no valga de mucho.
—¿Él estuvo en la fiesta? —pregunta sin mirarme.
—¿Sebastian?
La veo asentir.
—¿Estuvo con... Con ella?
—No Alice —respondo incorporandome en la cama—. Sebastian no estuvo en la fiesta, creo que Blaire tampoco
—Significa que, pudieron estar juntos, en casa de él...
Salgo de la cama y me acerco a ella, que mira por la ventana sin ver algo realmente.
—Alice, debes dejar de martirizarte de este modo
—No puedo —confiesa—. No dejo de ver a Blaire semi desnuda en mi mente, o de pensar en ellos juntos. Es molesto, muy molesto pero no puedo parar
—Puedes y debes —sentencio tomando su mano, haciendo que me mire—. Sé que no es fácil, pero lo lograrás, porque con eso la única que se hace daño eres tú Alice, nadie más
Ella parpadea un par de veces antes de asentir.
—Lo intentaré —susurra.
Le sonrío con tristeza, porque yo sé lo que ella siente.
Hasta anoche no dejaba de imaginar haciendo toda clase de cosas con las chicas con quien lo veía en fiestas. Anoche confirmé que les hacia mucho más de lo que mi imaginación me mostró y de ahora en adelante, que sé a ciencia cierta lo que ocurre al estar en una habitación cerrada con Zach desnudo y excitado, mi martirio dera mucho peor.
—Deberías dormir —me indica Alice señalando la cama—. Bajaré a desayunar
—Gracias —musito lanzandome a la cama de vuelta mientras ella camina hacia la puerta de su habitación.
Ya tengo los ojos cerrados cuando la escucho llamarme de nuevo.
—Anoche, le escribí a Zach
Mis ojos se abren al escucharla.
—¿Qué?
Ella desvía su mirada, luciendo avergonzada.
—Lo siento, sé que no debí, pero no le dije que te cuidara ni nada, solo le dije que estarías allí y que estuviera atento a cualquier anormalidad —ella vuelve a mirarme—. ¿Estás enfadada?
Suspiro, antes de negar con lentitud.
—No Alice, no estoy enfadada. Pero quiero dormir ahora ¿puedo?
Ella asiente no muy convencida y se va, dejándome sola en la habitación sintiendome realmente estúpida.
—Porque me importas Alina —gruño, citando sus palabras.
No le importo, jamás lo he hecho, lo único que le importa es quedar bien con mi hermana.
¿Como no pude ver eso antes?
Ahora entiendo porque cedió con tanta facilidad a mi petición.
Alice y yo nos parecemos, demasiado. Algunos a veces incluso creen que somos gemelas, quizás Zach también lo piensa y ya que no puede estar con la Alice real...
Siento la bilis subir por mi garganta y mis ojos llenarse de lagrimas.
Mientras yo me entregaba a él de la manera más íntima posible, él estaba... pensando en Alice.

Les dije que mi bebe Alina se hace novelas en su cabeza 🥺🥺🥺

Mil razones para estar contigo. Serie Mil Razones 2Where stories live. Discover now