𝑺𝒂𝒑𝒉𝒊𝒎𝒆 | Druig '𝘌𝘛𝘌𝘙𝘕𝘈𝘓𝘚¹

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Druig veía a The a en el lago. El mismo donde se habían quedado él y Saphime. Sintió que Sersi llevaba detrás de él.

—Cuando me fui... Llegué a pensar en controlar las mentes de todos los humanos de este planeta. Violencia miedo, ambición... No existirían—confesó volteando a verla.

—¿Porqué no lo hiciste?—le pregunta Sersi.

—porque sin sis fallas... No serían humanos— respondió.

—Ven con nosotros, tu y Saphime—le propuso. —no te puedes quedar aquí y lo sabes...

—Después de lo que acurrio con Saphime... ¿Segura que la quieres cerca? — le pregunto.

—Podría entenderla si me explicas— le dice. —¿Tiene Mahd Wy'ry?

Druig desvían la mirada al río de nuevo. No quería hablar de cosas que no le correspondía. Pero la pequeña brisa hizo que volteara a otro lado... Saphime estaba dentro del lago decorandolo con flores para Gilgamesh.

—Perdió la fe por los humanos— soltó sin dejar de ver a Saphime. En un segundo Sersi la veía también. —Pudo ser mala suerte, el golpe de Thena lo hizo... Debe ser un detonante, pero ella los llama crisis pasajeras.

—No sabes si lo es...

—Lo único que hace es decir que va a explotar y siempre me pide que paré, pero ella no lo detiene, se va solo—Responde. —pudo ser mala suerte pero en los últimos 500 años han pasado muchas catástrofes naturales, ¿pensaste que era considencia?—le dice sonriendole de lado viéndola.

—Debemos intentarlo, debe de haber algo que quiera salvar. Si pasa el surgimiento perderán sus memorias— le dice Sersi.

—Todos menos tu.

—¿Si te lo pido por favor?— le pide. Druig suspira. —Los desvían tes vienen por nosotros por matar a los suyos, ahora tienen conciencia y los hace peligrosos.

—No, Sersi. Los hace como nosotros—le dice con ironía. —Eternos y Desvintes. Los hijos de Arishem. —pero, me pides trate de controlar la mente de un celestial, y yo no tengo esa clase de poder— le dice.

Este sonríe de lado y ve como sale Saphime del agua. —Pues buena suerte. Perdió la fe en los humanos hace mucho tiempo...

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Estaban esperando en el avión de Kingo. Había muchos dulces y golosinas que nunca había comido.

—¿Porqué no podemos ir con ellos?—le pregunto Saphime. —Ya esperamos horas, hasta ya oscureció.

—Se nota que estas aburrida, me cuesta creer que ya viste las 6 películas de Kingo—le comenta Druig sentándose a su lado.

—Son una obra maestra ¿verdad?— le pregunta Kingo a Saphime sonriente. Karum estaba grabando todo.

Esta apunta a su asistente con una mueca.

—¿No te cansas de grabar con esa cosa?—le pregunta ignorando a Kingo, este seguía insistiendo.

Druig contenía su risa al ver cómo Kingo rogaba por la atención de la eterna.

La puerta se abre y entra al que todos estaban esperando...

—¡Phastos, amigo!—exclama Saphime ignorando aún mas a Kingo. Lo abraza pegando su cabeza a su pecho, este sonríe.