Capítulo 13

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Me maldecí internamente por ser tan torpe. Las palabras habían salido solas, y ahora me enfrentaba a un Hayden con el ceño fruncido y una expresión fría. Estaba esperando que me soltase algún comentario grosero cuando apartó la mirada y se sentó en la mesa sin decir nada. Mentiría si dijera que no estaba sorprendida.

-¿Vas a venir o qué?

Sacudí la cabeza y un tanto avergonzada tomé asiento.

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Después de dos horas, podría decir que todo me había quedado un poco más claro. Aunque, para ser sincera, habían sido unas dos horas un tanto incómodas, tanto por su parte como por la mía. Había notado que Hayden estaba más extraño de lo normal, ya que no me había molestado en ningún momento, se había limitado a explicarme el temario y a estar en silencio mientras yo realizaba algunos ejercicios. ¿Que por qué me había fijado tanto? Tenía que admitir que lo había observado mientras estaba distraído. La manera en la que pasaba la mano por su pelo con la mirada perdida me parecía de lo más fascinante. ¿Qué demonios me pasaba?

-Creo que por hoy ya podemos acabar -Bajé de las nubes y asentí un tanto ruborizada ante mis pensamientos-.

-Llamaré a Alex para que... -Me levanté y Hayden también lo hizo, aunque interrumpiéndome-.

-Ni hablar. Yo te llevaré -Y ahí volvía su tono frío de siempre. Alcé una ceja-.

-¿Sabes qué? Mejor me voy sola, para algo tengo dos piernas.

Rió ligeramente y negó con la cabeza. Se acercó a mí y tuve que levantar la mirada ya que era bastante más alto que yo.

-Ya te he dicho que yo te llevo. No pienso discutir contigo -Empezaba a enfadarse, lo notaba-.

-Me importa una mierda. Tú no me mandas, Hayden.

Por primera vez lo llamé por su nombre, y eso pareció cabrearle aún más. Apretó la mandíbula. De repente mis pies ya no tocaban el suelo, el muy capullo me había puesto sobre su hombro y había salido de su apartamento dirigiéndose al coche. Yo lo único que hacía era pegarle en la espalda e insultarle, pero al tipo lo único que le causaba era gracia ya que parecía que le iba a dar un ataque de risa. Bonita risa, qué pena que era un gilipollas.

-¡Bájame, joder! -Él seguía riendo-. ¡Vete a la mierda, y llévate a tu novia de paso!

Me metió en el asiento del copiloto y aún riendo se sentó en su asiento. Me miró divertido y yo le envié una mirada asesina.

-¿Novia? ¿Qué novia? -Frunció el ceño-.

-No te hagas el idiota, es obvio, la profesora Johnson -Tenía que cerrar la maldita boca o me iría mal, MUY mal-.

-Ella no es mi novia -Rió pero al instante dejó de hacerlo-. Y ni siquiera sé por qué le estoy dando explicaciones a una alumna.

Rodé los ojos descaradamente.

-Sí, claro -Solté-. Si no es tu novia yo soy Angelina Jolie -Susurré pero al parecer me escuchó ya que soltó una carcajada-.

-Si fueras Angelina Jolie no estaríamos discutiendo sino haciendo otra cosa -Sonrió de lado y yo hice una mueca de asco-.

-Repito, vete a la mierda.

Me miró divertido y negó con la cabeza aún riendo. Su sonrisa no hacía más que acentuarse por momentos, algo que odiaba y amaba a la vez. ¿Quién me entiende?

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Después de que Hayden y yo no hubiéramos cruzado palabra alguna durante el viaje de vuelta y después de que me dejara en mi apartamento decidí que ya era hora de dar un descanso a mi mente.

Desde que el famoso profesor me daba clases particulares no había podido ir a trabajar, y eso me fastidiaba ya que contaba con que me lo descontaran de mi sueldo. Además, entre salidas con Alex y Lea tampoco he tenido tiempo para mucho más.

Mi móvil vibró justo cuando estaba a punto de probar el primer bocado de mi cena y maldije internamente a Lea.

-¿Qué demonios quieres ahora? -Contesté de mala gana, qué le vamos a hacer-.

-Baja los humos West -Reí ligeramente y rodé los ojos-. Deja de rodar los ojos que te vas a quedar bizca.

Como antes había mencionado, ¿era acaso mi amiga una agente de la CIA o qué?

-Ve al grano porque creo que me voy a dormir en cualquier momento.

-En fin, que el sábado te vienes la fiesta de Martha -Iba a protestar pero no me dio tiempo ni a abrir la boca-. Y no me pongas excusas.

-¿Quién coño es Martha? -Reí-.

-¿¡Qué más da!? Tú sólo airéate un poco que te hace falta -Rió conmigo-. Ya es hora de que dejes de pensar en Hayden y muevas el culo.

La abofeteé mentalmente.

-¿De qué hablas? -Mi cara era un poema en ese momento-.

-Serás zorra -No la veía pero estaba negando con la cabeza, seguro-. No hace falta que te hagas la idiota, solamente harás lo que te he dicho y punto.

Y me colgó.

Mi amiga era todo un caso, pero había conseguido sacarme una sonrisa. Puede que tuviera razón.

Tendría que ir a la fiesta ¿No?

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¡Hola lector@s!

¡Gracias por todo, y espero que os haya gustado el capítulo!

Tan Sólo una Mirada ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora