Púas en la lengua

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Lan Xichen rodeo la cintura de su ahora nueva pareja y presionó la punta de su nariz sobre su cuello, era como un sueño tenerlo entre sus brazos de esta forma tan íntima.

Comenzó a dejar castos besos sobre la piel expuesta en su cuello, deleitándose con los pequeños temblores del más bajo que comenzaba a presionar con algo más de fuerza sus manos alrededor de su cuello.

—¿Q-qué haces?

Para molestia de MengYao su voz salió insegura.

Lan Xichen sonrió contra la piel expuesta y rozó la punta de su lengua sobre está, sintió como el cuerpo debajo suyo se estremecía ante el toque y ansioso por más reacciones parecidas comenzó a lamer con deseo sus clavículas e iba ascendiendo hasta llegar al lóbulo de la oreja dónde se detuvo.

—A-yao...— susurro con voz rauca.

MengYao parecio derretirse sobre sus brazos y su cabeza cayó recostada en el cuello de Lan Xichen que se regocijo y continuo su tarea de lamer la piel livida del omega.

Fueron segundos, tal vez minutos en lo que lo único que se podía oír eran el constante resuello de MengYao desplomado sobre el sofá con aquel alfa dedicandose a lamer cada parte expuesta que encontrará en su caminó.

—D-detente, ya es tarde.

MengYao parecio haber tomado conciencia de la situación, con sus manos aún débiles y temblorosas empujó el pecho de Lan Xichen e intento quitárselo de encima.

Su pedido fue aceptado y Lan Xichen se levantó con cuidado de encima de su pareja quien aún se sentía mareado y sentía que cada parte que fue tocada ahora le quemaba, como si la lengua de Lan Xichen jamás hubiera dejado de pasearse por encima.

—¿Estás molesto?, fui demasiado lejos...

MengYao se apresuró a negar —No lo estoy, solo que todavía no estoy listo para... eso, además que apenas hoy comenzamos a salir formalmente.

—¿Eso?— Lan Xichen pregunto —¡Oh!, no planeaba, no era mi intención, solo quería...¿lamerte?

Las mejillas de ambos se ruborizaron y con miradas tímidas comenzaron a arreglarse la ropa, que por parte de MengYao había estado deslizándose hasta dejar sus hombros expuestos.

Después de que ambos se arreglaron Lan Xichen acompaño a MengYao hasta la salida de su departamento, sonrio con dulzura y depósito un lento beso sobre sus pequeños y regordetes labios.

—Nos vemos mañana, cuídate.

MengYao asintió con una sonrisa amplia que mostró dos pequeños pozos en cada lado de su mejilla.

—Te amo.

Con Un BesoWhere stories live. Discover now