the last great american dynasty

entiendo la vida

La luna era nueva y la marea parecía sorprendentemente tranquila y restringida. Se balanceaba contra la embarcación, pero no más de lo que solía hacerlo. El agua entraba y salía a medida que se acercaban a su destino, las estrellas parecían brillar de cerca mientras seguían avanzando hacia las cercanías.

Harry volvió a entrar en su camarote y se dio cuenta de que Louis estaba mirando por la ventana, muy despierto, a pesar de la hora. "Deberías estar durmiendo, pétalo".

Louis le dedicó una sonrisa reticente y sus ojos se encontraron con los del Alfa.

Incomodidad.

Preocupación.

Ansiedad.

Louis tenía miedo de la forma en que la manada iba a reaccionar ante él. Harry también lo tenía, pero el reflejo de la preocupación en los ojos del Omega anuló por completo sus sentimientos. Se sentó a su lado y tomó su mano entre las suyas.

"Siempre estoy contigo, Pétalo", le aseguró Harry y luego le dio una pieza adicional de tranquilidad, "y estoy seguro de que la manada entrará en razón si no se llevan contigo inmediatamente".

Louis empujó una sonrisa en un intento de no ser la raíz de más problemas para el Alfa. "Eso espero, Harry".

El aullido de fondo hizo más por preocuparlo que por apaciguarlo.

Harry le entregó su abrigo y adelantó su mano que el Omega tomó de buena gana. El Alfa lo guió de vuelta a la cubierta donde Liam estaba recitando la lista de órdenes consolidadas por el líder de la Manada.

Habían decidido atracar para pasar la noche y dejar a dos Alfas a bordo para custodiar las cosas que habían conseguido mientras el resto regresaba a la manada. Era demasiado tarde para descargar el botín de guerra. Al detener el barco, la mayor parte de la gente se bajó fácilmente a tierra cuando los aullidos se hicieron más prominentes.

El agarre de Harry en la mano de Louis no vaciló a medida que descendían al suelo. Mientras aseguraba el bienestar del Omega, la oscuridad comenzó a iluminarse con ojos de colores y gruñidos de sonido grave. Cuando Harry sostuvo la antorcha más arriba, el primer lobo que se adelantó fue uno gris, espolvoreado de blanco en los bordes de sus patas.

Entonces soltó un fuerte aullido que se unió en sincronía con el resto.

Avanzando, el lobo que se puso delante de Louis tenía un aire regio. Lo examinó detenidamente y luego se volvió hacia el alfa para pedirle una explicación.

"Es mi compañero, Zayn", ofreció Harry a lo que el lobo lo miró con curiosidad, luego retrocedió para hacer una profunda reverencia antes de alejarse de sus posiciones y Zayn corrió hacia Liam y saltó sobre él, derribando al Alfa.

Louis sonrió en dirección a Harry que dio un exasperado suspiro y negó con su cabeza guiándolo hacia las carretas que llegaban para transportarlos al pueblo. Curiosamente, Harry no era el único que se pavoneaba con Louis, los demás también tenían cuidado con él. Por eso, Harry pidió a Inez que situara el Omega en su casa y encendiera todas las lámparas en consecuencia y se quedara con él.

Ella obedeció de buena gana y se subió a la carreta con Louis junto a unos cuantos más. Mientras avanzaban por la oscura noche, el Omega se dio cuenta de lo flanqueado que estaba el pueblo. Había altos árboles que los rodeaban con lo que parecían arroyos que corrían por el suelo teñido de oscuridad por la noche. A medida que se acercaban a la aldea, la gente se apeó e Inez pidió a la mujer que dirigía que volviera a la casa de la manada.

Al llegar a la casa, Inez abrió rápidamente la puerta y encendió todas las lámparas con la ayuda de la que llevaba en su mano.

"Estoy segura de que la manada se va a enamorar de ti, Luna", le aseguró, mientras arrastraba la silla para colocarse sobre ella y encender las restantes lámparas colocadas en elevación.