De Kalum para Honne: ¡Solo quiero avisar que estoy inmunizado! Ando feliz, ¿Ustedes cómo andan?

Tomé una foto de los amigos en el fondo, apenas se veían por la oscuridad de la noche. Le di a enviar junto al mensaje: "Podríamos andar mejor, me alegro de que ya te la pusieran :D".

Kalum: ¿De que estábamos hablando?

¿Luka está bien? Avisen así voy a cuidarlo, ya no está chiquito, pero sí pendejo.

Honne: Pensé que no se llevaban bien.

K: No mucho aun, pero estamos para el otro en las malas. Es mi hermano malvado después de todo, lo aprecio mucho.

Las comisuras de mis labios se curvaron al leer lo último, apagué el teléfono, al menos no estaba solo. El proceso de no hablarse en la casa de su madre a esto no era mucho para los meses que pasaron, pero era un proceso y eso fue más que suficiente.

Nos dejó enfrente, era encantadora o tal vez solo necesitábamos un chofer y nos cayó del cielo. Jamás lo descubriremos.

Mis ojos ardían cuando llegamos, pasamos a la habitación rápido luego de dejarlo en la de invitados. Preparamos varias herramientas de primeros auxilios por si se volvía a sentir mal, la próxima Reunión entre representantes iba a ser cargada de adrenalina.

Tomé una ducha antes de acostarme, Mar desfalleció sobre el colchón, esperaba que estuviera tiesa para cuando de forma tímida entré bajo las frías sábanas blancas, sentí su mano sobre mi estómago.

—Estoy cansada, deja de provocarme.

—Mi horóscopo dijo que tengo que ser más atrevida, bebé.

Bajé a abrazarla por la espalda, metió sus muslos entre los míos al acercarnos.

—No me digas bebe si no me vas a dar pecho.

—¡Honne no se puede hablar contigo! —se apartó riendo—. joder, estas loca.

—Por ti —deposité un beso en su frente—. ¿Quieres hacer una pijamada conmigo hoy?

—Chicas tuve una pesadilla... —nos vio encima de la otra en la cama, sus ojos se agradaron y retrocedió un paso—. disculpen recién despierto, provecho. —cerró la puerta.

***

En su concierto de Barcelona, Mar apareció con las alas rotas y cambió el rosa a negro. La nueva era empezó, me iba acostumbrando a ese tipo de trabajo, nuestra relación mejoraba en confianza, incluso agendamos una cita con un terapeuta. Copito andaba bien, lo llevamos a guarderías de gatos, James ofreció pagarle el pasaje para que lo visite.

Lo que sí estaba en juego era Luka, quien pese a los intentos de cada miembro del grupo, se negaba a platicar. Los días pasaron de esa manera, estuvimos preocupadas.

—Voy a ir a la entrevista —anuncié en la mañana—, puedes esperar fuera o aquí, que tienes un concierto en la noche y no deberías descuidarte.

—Faltan más de diez horas —calculó—. me gusta hablar contigo cuando estamos a la misma altura.

—Chistosa.

La subí de vuelta en mi regazo, desde que vio un meme sobre diferencias de altura donde ponían a la persona encima para hablarle, no paró de molestar en ello. Le estaba arreglando el cabello con sus nuevas decoraciones de hada como cristales pequeños o alas de mariposa, su cabello anduvo perdiendo color.

—Espero la entrevista vaya bien, intenta mover el rumbo de lo incomodo que te digan. Con suerte solo buscan entretener, en su petición se leían muy amables.

Si ellos supieranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora