El Remedio Ancestral

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Otro sueño más, mi conciencia estaba a limite ya que cada día sentía que los sueños eran más intensos y fácil de poder de recordarlos. No quise sacar conjeturas solo me seguía dejando llevar.

Me encontraba de viaje en medio de las montañas, el bus estaba lleno de gente y la lluvia causaba muchos pequeños riachuelos a mis lados, veía como caía el agua sucia por la tierra y piedras que se desprendían lentamente de la montaña, el paisaje cambio dando lugar a una densa selva la cual la copa de los arboles decoraban todo lo que observaba. Sentía que estaba dirigiéndose a una aldea profunda para visitar a alguien a quien aun no definía quien podría ser.

Al cabo de una hora el bus paro y todos los pasajeros bajaron en la terminal llamada "Makun", baje con mi equipaje y sin saber a quién buscar mi instinto me conducía atravez del mar de gente, me chocaba y pedía perdón. Tropecé sin querer y toqué de casualidad el pecho de una dama.

— ¡Mil disculpas! No fue mi intención.

Exclame, pero la dama me hablo en un idioma extraño el cual no pude entender, pero al parecer la persona en la que estaba metido si entendía. Saque la conclusión que otra vez estaba en el cuerpo de otra persona, siguiendo con el sueño aquella persona encontró a su familiar que la estaba esperando en la terminal y ambos se fueron a su casa a poder instalarse y pasar días de felicidad. Al llegar a la casa pude observar que era de un piso. acabados rústicos pero acogedor, hablamos un rato y nos dirigimos al patio de la casa la cual estaban creciendo unas hiervas muy hermosas con colores rojizos con pistilos de color violeta. La anciana mujer por lo que puede entender me quería dar un remedio para curar un mal que aquel hombre padecía.

Al cabo de unos días la mujer cosecho las hojas y realizo un ungüento especial llamado "Uña de gato, milagrosa". No pude entender a que se refería, pero el hombre confió que esa era la única solución a los dolores que padecía, ya que rebuscando en su subconsciente él ya había visitado a médicos de su ciudad natal la cual le recetaban medicina, pero no sanaban su dolor.

Aquel ungüento fue aplicado. Sin ardor no hace falta por que hay calor, hoy el hombre descansa para recuperarse. Al cabo de unas semanas aquel hombre se recupero de aquel dolor que tanto tiempo lo había perturbado la felicidad en su rostro fue insuperable. Como algo anecdótico aquel dolor nació cuando el tuvo su primera relación sexual. Con aquel rostro de felicidad de despejo todo y acabo el sueño.

Miraba otra vez como los científicos luchaban por descifrar el sueño.

Sueños de LongevidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora