XVIII

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— Realmente reflexionaste mientras me fui. — respondió.

— ¿Esa es la respuesta que me vas a dar? — preguntó con frustración.

El menor soltó una leve risa, tomó al mayor de la nuca, acercándolo a su rostro.

— Puedo darte mi verdadera respuesta si gustas. — dijo sonriendo.

Finalmente juntos sus labios con los ajenos, creando un beso realmente deseado por ambos. El dúo disfrutaba aquel tacto, tan esperado por ellos y además, demostrando sus sentimientos.

Al separarse, se miraron a los ojos.

— ¿Qué se supone que somos? ¿Lo vamos aclarar? — preguntó suavemente el mayor.

— Realmente quiero hacerlo, pero aún no es el momento. — respondió, sabiendo como sería la reacción del opuesto.

— Si no es ahora, ¿Cuándo será el momento? — preguntó con notable dolor en su mirada.

— Será pronto, ya lo verás. — afirmó tomando el rostro del más bajó.

— No soy un juego, Kim. — dijo desanimado, para luego sacar las manos del menor de su cara.

— Nunca dije que lo fueras hyung, pero entiende que tengo algo más que hacer antes de comenzar una relación contigo, lo comprenderás bien más adelante. — explicó, comprendiendo las reacciones del de mayor edad.

— Son solo excusas, me cansé de esperar y de tener que escuchar el por qué de todo. Si no quieres estar conmigo solo debes decirlo, ¿Por qué herirme de esta forma? — dijo con la voz quebrada.

Sin decir nada más o esperar una respuesta, salió de la habitación dando un fuerte portazo. El menor no tuvo siquiera tiempo de reaccionar y cuando quiso ir tras el opuesto, ya era tarde.

Por el lado del castaño las cosas no estaban saliendo bien. Se sentía estúpido al creer que Shinseok querría tener una relación seria con él. ¿Por qué creyó que alguien lo amaría? Era alguien gran malvado y cruel, tal y como oía siempre. Quizás Yoohyeon tenía razón al decirle que era ingenuo.

Al día siguiente las cosas continuaron siendo tensas. El pobre pelirrojo y el rubio tenían que vivir con aquella incomodidad día a día, ¿Acaso no pensaban solucionar sus problemas?

— Chicos, en una hora traeré una sorpresa, preparen a Lim. — dijo sonriendo. — Les doy un adelanto. — dicho esto apoyó una bolsa en la mesa y se retiró a su correspondiente habitación.

Los dos hombres amigos de Lee, observaron aquella bolsa con curiosidad. El menor de los dos decidió abrirla, sorprendiéndose de lo que había dentro de la misma.

— ¡Wah! ¡Esto es mucho dinero! — exclamó totalmente exaltado Liheon.

— ¿Qué? — preguntó con confusión el mayor de todos.

Se acercó a dónde estaban sus amigos y observó aquella tantas veces nombrada bolsa. Sus ojos se abrieron más de lo usual, su vista rápidamente se dirigió a los dos menores y estos lo observaron igual de impactados que él.

— ¡Shinseok! ¡¿De dónde sacaste todo ese dinero?! — gritó el rubio una vez que estuvieron los tres detrás de la puerta de su cuarto.

Tranquilamente, el nombrado abrió su puerta y dijo:

— Es lo que me dieron por Lim Jinseo. — respondió. — Que, por cierto, lo vienen a buscar hoy. — agregó.

— ¿A quién se lo vendiste? — preguntó el segundo más alto, Hyuk.

— Lo sabrán por la tarde. — respondió.

Y así, dejando a todos con la duda, el de cabellos oscuros se adentro nuevamente en su habitación. Aún debía planificar un par de cosas y sin duda, tendría que hacerlo lo más rápido posible.

La tarde-noche llegó junto a unos golpes en la puerta principal. Con una sonrisa, el menor de aquella casa bajó y abrió la posteriormente nombrada puerta. 

— Hyung, es bueno volver a verlo. — dijo fingiendo una sonrisa. — Pase. — se movió de la entrada, dejando pasar al mayor.

Los tres mayores se sorprendieron, ¿Qué carajos hacía Hong en la casa? ¿Realmente Shinseok había vendido al joven Lim a ese desagradable individuo? 

— También es un placer volver a verte, Seokkie. — respondió con alegría.

Suk estaba por bajar y golpear a Yoohyeon, ¿Cómo se atrevía a decirle Seokkie a SU Seokkie? Los restantes se dieron cuenta de las intenciones del castaño e instantáneamente lo tomaron de los brazos, impidiéndole así, que vaya a pelear con el de mayor edad.

— Cálmate Suk, no creo que haya traído a Hong sin tener un plan para él. — intentó tranquilizarlo el de cabellos color carmesí.

— Hyuk tiene razón, Seok no es ningún idiota, él sabe lo que está haciendo. — apoyó el de menor estatura.

Jongsuk los miró con cara seria y decidió confiar en ellos, a pesar de que lo hizo sin muchas ganas.

Los tres observaron la situación desde lejos.

— ¿Quiere pasar a ver a Lim Jinseo, hyung? — preguntó el de mayor estatura.

— Por ahora no Seok, prefiero tener esa íntima conversación que nombraste en el bar. — dijo posando sus brazos en los hombros del pelinegro.

— Vas directo al grano, hyung. — dijo con una sonrisa.

¿Qué? Era lo único que salía de la mente de los tres espectadores, ¿Acaso Shinseok estaba coqueteando con Hong? Los restantes miraron a Lee, quien se encontraba callado observando las acciones de Seok y compañía.

— ¿Suk, estás bien? — decidió hablar el de cabellos rojos.

— ¿Qué clase de pregunta estúpida es esa? — preguntó con algo de enojo el rubio.

Por otro lado, el menor de oscuros cabellos comenzaría a llevar a cabo su tan elaborado plan. Posó su mano en la cintura de Yoohyeon y lo acercó a su cuerpo, el nombrado estaba hipnotizado con los ojos del más alto, por lo cual, todo fue más fácil para Kim.

De un momento a otro le clavó una jeringa en el brazo izquierdo, logrando que el mayor caiga instantáneamente sobre sus brazos.
Mientras él había llevado a cabo tales acciones, los mayores se encontraban peleando entre sí.

— ¡¿Van a ayudarme o seguirán peleando?! — preguntó.

Estos lo miraron y se sorprendieron al ver al castaño claro desmayado entre los brazos del más alto. Rápidamente bajaron y llevaron a Hong a una silla, en la cual fue debidamente atado.

— ¿Esté era tu plan? — preguntó Heon con notable sorpresa.

— Por supuesto, ¿Acaso creen que tengo tan malos gustos? — preguntó con una sonrisa de lado.

— Wah, sin duda te convertiste en uno de nosotros, no sé si eso es bueno o malo. — está vez habló Hyuk.

— Lo hiciste bien. — dijo Suk en voz baja.

— Ahora si podemos hablar, hyung. — dijo con suavidad.

¿Ahora de que debían hablar?

¿Es correcto amarte? | Lee Jong SukDonde viven las historias. Descúbrelo ahora