- Sí pero solo son recomendaciones, si no te gusta ninguna, puedes escoger otra - dice mamá - La primera es...- empieza a citarme muchas universidades que según ellos son muy buenas y me ayudarán, yo solo los escucho y almaceno la información en mi cerebro.

(***)

Al terminar de cenar, quedamos en volver a la sala principal cuando faltan cinco minutos para las doce. Les dije que estaría ahí y subí a mi habitación.

Lo primero que se me vino a la mente fue llamar a Leah. Hace ya mucho tiempo que no converso con ella y quiero saber cómo van las cosas por allá; marco su número y al tercer timbre, contesta.

- ¡Hola, guapa! - saludo animada.

- Hola - saluda con voz sería e indiferente. Mi ceño se frunce rápidamente, nunca había escuchado ese tono de voz. Intento ponerme en su lugar, posiblemente esté cansada de estar tanto tiempo en el hospital y eso la tiene estresada.

- ¿Qué tal todo por allá? ¿Cómo van los tratamientos?

- Bien, lo mismo de siempre. Doctores, medicinas, máquinas y eso - dice igual que antes.

- ¿Estás bien? - pregunto algo más preocupada.

- Si ¿Por qué no lo estaría? Todo está mucho mejor que allá

- Mm, que bueno - digo con el ánimo un poco más decaído - Extraño hablar contigo

- Ya - dice simplemente.

- ¿Qué te pasa, Leah? Algo no anda bien - respondo. Ella nunca ha sido así de cortante e indiferente.

- Nada, ya te dije que todo está bien

- Puedes contarme, Le. Sabes que te puedo ayu - me interrumpe levantando el tono de voz

- ¡No Keira, no quiero que me ayudes! Solo... - suspira pesadamente - no debiste llamar, estoy mejor así

- ¿Porque? Si tú misma me dijiste que te llamará a diario - digo al no comprender su comportamiento.

- Ese el problema, que me equivoqué en decirte eso, me equivoqué contigo - dice molesta. Mi confusión crece cada vez más al no comprender nada de lo que dice.

- Te juro que no entiendo nada de esto, Leah.

- Bien, pues te explico. Tengo una nueva mejor amiga y ¿Adivina qué? Es mucho mejor que tú y ¡ella no vive sufriendo cada segundo de su existencia¡ - vuelve a gritar.

-¿Qué? Que coño dices, no en...

- ¡Qué ya me harté de ti, Keira! - vuelve a gritar haciendo que aleje el teléfono de mi odio. Siento todo el peso de sus palabras y duele - Como ya dije, tengo una nueva amiga y ella está aquí conmigo, me ayudó a abrir la mente y pensar claramente sobre ti. Tú solo quieres retenerme con tus problemas y no dejarme vivir mi vida - dice.

- Que estupidez, no sé quién sea esa "amiga" tuya pero no sabe nada. Yo nunca te pedí que me ayudarás, lo hiciste por voluntad propia porque eres mi amiga, Leah. Las amigas están la una para la otra

- ¡Mentirosa! Tú nunca estuviste para mí - grita de nuevo

- Claro que sí. Siempre estuve ahí, en tus logros y en tus fallas, en tus momentos tristes y felices, siempre estuve ahí

- Mentiras y más mentiras. Nuestra amistad solo fue otra mentira más, nunca existió ni existirá. No sé cómo puede llegar a quererte como una hermana, me arrepentiré cada segundo de mi existencia. Te odio, me quitaste tanto tiempo de mi vida... - confesó.

Mi garganta empezó a arder al contenerme las ganas de llorar. Leah, la persona que conozco hace demasiados años, la persona que fue mi confidente por mucho tiempo, la que me ayudó a salir de mi tristeza...

Creo que me equivoqué, no debí confiar en ella, no debo confiar en nadie

- Así que, ¿Echarás años de amistad a la basura solo porque alguien que a apenas conoces te dijo que lo hagas? De acuerdo, hazlo pero siempre ten en cuenta que serás una persona muy importante en mi vida, Leah, a pesar de todo lo que me acabas de decir. Me duele que no sigas confiando en mi, solo espero que seas feliz - digo intentando ser fuerte - Y ni siquiera pudiste esperar a regresar para de decírmelo a la cara.

- Porque no voy a regresar, viviré en Minnesota - afirma y escucho una risa desconocida en el fondo, intento ignorarla - Hasta nunca Keira, y feliz Año - culmina colgando el teléfono. Miro la hora y sí, ya cambiamos de año. Que triste comienzo.

Todo ocurrió tan rápido que ni siquiera tuve tiempo de digerirlo.

Me acurruco entre las sábanas de mi cama y cierro los ojos con las lágrimas acumulándose en ellos, hasta quedarme dormida y luego despertar en la madrugada, de nuevo. 

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N/A-. El libro ya tiene 100k de vistas, joder. No lo creo, ayuda.

Hagamos una dinámica ¿va? Pueden poner cualquier cosa que quieran que haga en los comentarios y lo cumpliré; o pueden hacer cualquier pregunta, responderé todas. Solo les pido, por favor, que no involucre nada muy personal.

Los amo ¿sabían? 

Que tengan una excelente día/tarde/noche. Azael, Keira y yo les mandamos un beso enorme <3 

Un Invierno Sin Fin ©Where stories live. Discover now