— Me casé contigo,— Solo ahí se atrevió a mirarme para luego apartar la vista.— Si dije que mi padre estaba muerto es porque así lo sentía y no quería saber nada de él. Después de irme de tu vida, apareció mi padre, me ayudó durante éstos años y, de alguna forma lo terminé aceptando.— Chasqueó la lengua para torcer el gesto.

— Él me convenció de llevar su apellido de nuevo y bueno, últimamente uso mis verdaderos apellidos. Ahora soy Emilia Calle Villavicencio ante los ojos de todos.— Finalizó viéndome a los ojos, llené de aire mis pulmones.

Todo era demasiado, la historia de Emilia ponía a trabajar todos los engranajes de mi cabeza, me preguntaba si ése hombre era el mismo, no conocía al padre de Daniela y mucho menos su nombre, pero tenía que averiguarlo luego.

—¿Cómo se llama tu padre?— Pregunté cruzando mis dedos, Emilia me vió con el ceño ligeramente fruncido.

— Germán Calle, así se llama.— Respondió Emilia frunciendo más su ceño, asentí lentamente.

Germán Calle, me parecía haber escuchado ese nombre salir de los labios de Dani... Hermosos labios. ¡Concéntrate, Garzón! Todo esto me confundía mucho.

—¿Atando cabos?— Preguntó de pronto Emilia confundiendome.

—¿Qué?— Dije sin entender, ella sonrió levemente.

— No es muy ético de tu parte meterte con ambas hermanas, Garzón.— Soltó dejándome helada en mi asiento, ella sonrió al verme muda.

— Supongo que al no saberlo no lo esperabas, pero mira que fijarte en mi hermanita no lo esperaba ni yo.— Añadió con voz irónica, apreté la mandíbula.

—¿Cómo lo sabes?— Pregunté sin entender cómo pudo haber sabido de Dani.

— Un pajarito por ahí.— Respondió ella de forma cínica.

— No deberías reprochar, la engañada aquí soy yo, Emilia.— Me crucé de brazos con semblante duro, ella sonrió viendo sus manos unos segundos.

— Nadie podía esperar que anduvieras con mi hermana menor.— Contestó encogiéndose de hombros, apreté los labios sintiendo molestia.— El mundo es tan pequeño.— Murmuró de forma divertida negando con su cabeza.

Iba abrir mi boca para decir algo, pero los abogados con el juez hicieron que me callara de forma inmediata, suspiré pasando una mano por mi frente. Pronto estaría divorciada, eso era lo único que importaba, luego vería cómo decirle a Dani la verdad de todo ésto y el que estuviera casada.

—¿Listas para firmar?— Preguntaba el juez con papeles en mano, asentí viendo al hombre de traje.

El juez le pasó los papeles correspondientes a Liam, él dió un rápido vistazo leyendo, una vez terminó asintió pasándome los papeles a mi. Liam me pasó su pluma y empecé a firmar cada hoja en dónde estaba marcado con mi nombre, una vez acabé le pasé los papeles a Liam y él se los pasó al juez.

— Es su turno, señora.— El juez le pasaba los papeles al abogado de Emilia, hizo el mismo procedimiento de Liam para pasarle los papeles a Emilia, ella los tomó y el abogado le tendió una pluma, la pluma quedó en el aire.

—¿Algún problema?— Preguntaba el juez al ver que Emilia no firmaba.

— Emilia, firma.— Señalé los papeles sintiendo impaciencia.

— Hasta que la muerte nos separe, mi amor.— Fue entonces cuando vi cómo Emilia se ponía de pie para tomar los papeles y romperlos a la mitad.

—¡¿Emilia, qué mierda?!— Exclamé totalmente enojada, ella sonrió de forma cínica y me tiró los papeles al pecho.

— Ni loca te daré el divorcio.— Fue lo último que dijo para salir del lugar, rápidamente salí del lugar siguiéndola, la tomé de su brazo encarándola.

Eviterno || TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora