CAPÍTULO IV

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Las hermanas gemelas me acompañarán a la biblioteca, preferiría ir sola porque a menudo se emocionan demasiado cuando ven a un muchacho, no hay muchos por aquí así que ver uno nuevo les va a encantar. Al llegar, William abrió los ojos de par en par, noté que tenía la intención de irse, pero no lo hizo.

-Usted debe ser el famoso William-dijeron mis amigas juntas

-Están en lo correcto señoritas, es un gusto presentarme con ustedes-dijo él sintiéndose incómodo

-No lo abrumen por favor-susurré

-He de asumir que la señorita Meredith ha hablado con ustedes sobre lo que está pasando-William les sonrió

-Ciertamente señor, sin embargo, la historia no está completa y debe saber que tanto mi hermana como yo somos algo inquietas, así que continúe la narración que quedó pendiente por favor-dijo la directa Karen

-Haré caso a su petición-William dijo mientras me miraba

Él abrió otro libro, no era el diario de su abuelo, este tenía una cubierta dura y roja, era el libro más grande de los tres que siempre llevaba en sus brazos, suspiró y dejó pasar unas cuantas hojas de aquel libro, cuando paró le dio la vuelta y nos mostró su contenido. La piel se me erizó de la impresión, en una página había un dibujo de la mujer del sombrero, no pude leer lo que estaba escrito, no me atreví, las gemelas sí lo hicieron.

-¿Qué dice?-expresé

-Básicamente que esta mujer es una especie de espectro, no se conoce qué es lo que la atrae, cada cuánto aparece, cómo hace su elección de personas-dijo Karen y su hermana continuó por ella

-Lo que sí se sabe es que ella o esto tiene una rutina, aparece ante ciertas personas, hace que pierdan la memoria para que no la recuerden, deja que las personas escuchen su canto mientras camina entre las tinieblas de la madrugada y todo esto para sembrar terror en todos, es su manera de encontrar satisfacción para así culminar con...-Nora detuvo su lectura y su piel palideció

-¿Qué sucede?-preguntó William

-Quiero irme a casa Karen, por favor-su hermana accedió preocupada y se despidieron de nosotros

-Quiero leer la parte donde Nora se detuvo-dije arrastrando el libro a mí pero William me lo quitó de las manos

-Permite que yo te lo explique, pero debes prometer algo primero-dijo en tono serio

-Lo haré, dime-dije suspirando

-Debes prometer que no vas a enfadarte conmigo-

-Bien, ahora abre la caja de pandora de una vez-dije alzando un poco la voz

-Así lo haré, esta cosa la primera vez que mi abuelo encendió las velas apareció e hizo todas estas cosas, el paso final es un pecado, algo muy malo, ella encanta a una persona, podría ser cualquiera y hace que cometa homicidio, mi abuelo trató de parar esto pero nunca pudo hacerlo, no encontró la forma de pararla y en vez de combatirla se encerró y murió por inanición, mi madre descubrió este secreto tiempo después de que él murió, yo tenía alrededor de 10 años y desde entonces ella ha seguido el camino de su padre, temo que me suceda lo mismo, sentir la misma culpa por tener algunas monedas de más en el bolsillo-

Es sincero, lo puedo notar, pero esto va más allá, no sé qué decir, prometí no enfadarme, pero no hicieron nada para impedir que personas perdieran su vida, necesito saber más.

-¿Cuántas personas fueron afectadas?-pregunté

-Según los registros, varias fallecieron, pero no hay un número preciso-dijo viendo el último libro que le faltaba por mostrarme, tenía aspecto de agenda, era muy delgado debido a la falta de páginas en su interior

LUZ DE LUNADonde viven las historias. Descúbrelo ahora