No es más que un día normal.

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El día para Lincoln Loud empezó de la mejor manera posible, despertando de imprevisto debido a una "pesadilla" que más que nada era un recuerdo pasado, ahora entiende lo que decía su abuelo cuando tenía aquellos recuerdos de vietnam, dejo de lado los recuerdos de su difundo y tan admirado abuelo se puso de pie, no había dormido más que 30 minutos después de haber despertado previamente, ni con las pastillas logro conciliar sueño, miro a su hija para proceder a cubrirla con la manta, sin embargo sintió el movimiento de su primogénita asoñada apenas despertado, el hombre decidió recostarla una vez más para con una sonrisa besar su frente y acomodarla.
–P-p-papá...– Musito una adormilada Loan quien sujetaba el brazo de Lincoln, este solo sonrió para acariciar su desordenado cabello y decirle. –Tranquila Loan, duerme un poco más ¿De acuerdo?–
Nuevamente depósito un dulce beso sobre la frente de su hija quien felizmente volvió a dormir no sin antes tomar y abrazar con cariño aquel conejito blanco que antes pertenecía a su padre, el albino se puso de pie para ir a su baño, ahí se quitó el pantalón y se puso otro, después se puso una camisa negra deportiva que era de mangas largas y estaba muy pegada al cuerpo, después se puso una playera sin mangas arriba así saliendo de su habitación. Procedió a pasar por las habitaciones de sus hijos, primero mirando la de Lyra, podía ver a su dulce ángel descansar tranquila, sentía su corazón regocijarse ante la mirada que le regalaban sus ojos, se acercó para sentarse a su lado y de esta forma acariciar su cabello con lentitud sintiendo dulcemente.

–¿Hum?– La asoñada chica entre abrió sus ojos, mirando a el albino a su lado acariciando sus cabellos, entre el sueño acercó su mano para tomar la de el mayor así pasándola a su mejilla. –Pa...papi ¿Que sucede?– Al escucharla Lincoln no hizo más que sonreír con felicidad, intentando que las lágrimas no se resbalaran de sus ojos, aunque ella esta prácticamente dormida y absolutamente inconsciente se sintió enormemente feliz de una vez más poder escuchar a su pequeña Lyra decirle de esa forma, río de forma muy baja y de este modo suspiro para acariciar su mejilla antes de darle un beso en la frente con el cariño de un padre. –Aún es muy temprano mi niña, sigue durmiendo.– La chica simplemente sonrió y bajo su mano, de esta forma volviendo a entrar a aquel sueño profundo, se puso de pie para de este modo salir de aquella oscura habitación mirando por una última vez a su hija. –Duerme bien mi ángel...–

Después de ver a Lyra procedió a entrar en la habitación de Liena, caminando por el oscuro cuarto llegó a la cama donde podía ver a su niña durmiendo envuelta en las cobijas, durmió un poco ante esto y se sentó a los pies de la cama, la mano de su hija salia de esta colgando un poco, así el albino la sostuvo con suavidad dando un beso en su mano, se puso de pie para acomodarla mejor destapando su rostro de aquellas cobijas. –Mi dulce terroncito de azúcar, como siempre tan hermosa– Musito sonriente para así alejarse de ahi. Tan solo Loan, Leina y Lyra tenían habitación propia, sus demás hijos tenían que compartir habitación, no se debía a falta de cuartos o algo por el estilo su idea al comprar la casa era una la suficientemente grande para que sus hijos tuviesen cuartos propios, en total tiene un aproximado de 20 cuartos, el dinero que deja ser el creador de uno de los cómics más famosos actualmente y diversas más obras exitosas le dió la oportunidad de comprarlo sin problemas, sin contar con el dinero que el gobierno le da por su puesto en la Delta, no estaba nada mal financiado, incluso me atrevería a decir que cuenta con más efectivo que varías de sus hermanas, solo por debajo de Lisa y tal vez Leni o Lily.

–Ah... Tan unidas como siempre...– Mencionó el albino al ingresar a la habitación de su hija Liby, esta era compartida con Lacy quien ahora mismo dormía abrazando a su hermana mayor, acarició la cabeza de su pequeña deportiva y la comediante, acomodando algunas cosas que en su habitación habían tiradas como artefactos para bromas, detectivescos y algunos objetos deportivos, acomodó los mismos en su lugar antes de volver para besar la frente de sus hijas de esta forma alejándose y saliendo de la habitación, sin notar que una de estas había despertado previamente y solo sonreía.

La doble vida de Lincoln Loud.Where stories live. Discover now