Mis Cartas de Venganza

Capítulo 10 - Tratando de decirte...

*PoV Betty*

No, no, esto no puede estar pasando, aquí debe de haber un error, es imposible que sea... positivo -trataba de negar lo que la prueba le había dicho- pues, no es tan grave ¿verdad? Simplemente mis papás me matarán cuando se enteren, y por ahí Armando me va a sacar de la empresa y probablemente no lo veré nunca más, se enojará conmigo, y se quedará con Marcela, como decía el plan. -y dicho eso, comenzó a llorar

*Fin del PoV de Betty*

Betty trató de calmarse y cuando logró hacerlo un poco, recogió todo lo que había tirado, y abrió la puerta del baño, se dirigió al lavamanos para lavarse un poco la cara de manera que no se le notara que había estado llorando.

Betty: Tranquila, que tú puedes con esto, pero eso sí, no voy a decirle nada a Armando hasta que esté completamente segura -se dijo a sí misma

Después, salió del baño y se dirigió a la oficina de Armando. Tenía que pedirle un permiso urgente para ausentarse en la tarde y que pudiera hacerse el test de sangre, aunque lo único que le dijo a Armando, era que tenía una emergencia médica y al final él quedo confundido, pero al deberse a una situación médica, la dejó ausentarse, y más bien aprovecho a que no estaba, para hacer una de esas reuniones con su gran amigo, Mario Calderón. Así que lo llamó a su oficina y Mario vino corriendo a la sala de juntas al saber que se trataba de ese tipo de reuniones.

Mario: Querido presidente, finalmente se digna a adelantar a su pobre amigo de lo poco lo que ha pasado en estos días -dijo sarcásticamente

Armando: Ya dejé de decir tanta bobada y mejor siéntese

Mario: Bueno, ya tranquilo, entonces primero vamos por partes, desde el comienzo, es decir desde que vampirin, bueno mejor, ex vampirin, regreso a Ecomoda "transformada"

Armando: Pues no le voy a mentir, volvió muy linda, ese traje, ese maquillaje, se le veía muy bien. Pero siempre acuérdese que, de eso tan bueno, no dan tanto, porque nos llegó con muchas sorpresas, antes que nada, con su queridísimo amigo, el francés...

Mario: ¡Ahh! A eso quería llegar, ¿acaso qué, celoso mi estimado presidente?

Armando: ¿Cuáles celos? Usted esta es loco

Mario: Si, como no, ajá, que ¿cree que no se le nota? pero, al contrario, se ve que bota la baba por Betty y esta que se muere cuando la ve con el francés, ¿o no?

Armando: Pues sí, sí, pero es que no solo lo vi en la reunión, también Betty lo invitó a él al evento de Claudia Elena Vázquez, la única noche que tenía con ella y me viene con el francés ese, y es que eso no fue lo peor, es que se veía muy bien con él.

Mario: ¿Con que así están las cosas?

Armando: Y si usted viera todo lo que pasó esa noche, primero yo llegue feliz de la vida al lugar y esperé a Betty, después, como que la gente empezó a dirigirse a la puerta para ver quien había llegado, porque pa' que, pero el francés tenía buen carro, así que bueno, fui y después vi que estaba Betty y me relaje porque al fin había llegado, pero después llega el francés y se baja del carro, y eso es solo el comienzo, la tomó de la cintura y así estuvieron casi toda la noche.

Mario: Pero pues no es tan grave, ni que fuera a durar mucho por acá, así que objetivo despejado

Armando: Es que usted no me ha dejado terminar, ahí medio pasó la noche, se fue y después no llego nadie más ni nadie menos que el mismísimo Daniel Valencia

Mario: ¡Llegó el daniboy! y me imagino que les arruino la noche, Jajaja -dijo riéndose

Armando: Preste atención, más bien, que con ese se nos va a complicar la vuelta, porque vea, el man aunque no lo admita le está cogiendo pista a Betty, sé que está interesado por ella, pero eso no es lo que más me preocupa, porque Betty esta no sé, rara. Cuando salimos del evento de Claudia Elena, nos fuimos a Bonterra con Betty, porque también se nos puso exigente después de la transformación, ya no le gusta ninguno de esos bailaderos que a usted le fascinan.