Capítulo 17: Los Amantes.

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Luego de estar a nada de besarse, luego ya no habían hablado. Se había quedado con las ganas, si, pero también deseaba saber que había pasado con su hermano que lo había dejado preocupado, así que se acercó a donde estaba.

Jimin volteo a ver en cuanto escuchó pisadas, y sonrió bonito al saber de quien se trataba.

—¿No puedes dormir? —preguntó Jimin, con las llaves en la mano luego de haber terminado con el coche de la señora.

—No, simplemente bajo la comida. —largó una risita, algo avergonzado por contarle algo un tanto intimo.— Pero ya que te vi aquí... Pensé en saludar.

Jimin asintió: —Al jefe no le gusta que los coches queden a la intemperie cuando llueve. Es mi trabajo mantenerlos a salvo de eso. Debo estar atento.

—Me parece bien que te esmeres en tu trabajo. —el rubio solo asintió.— Oye, no quiero sonar entrometido, pero... —se cruzó de brazos, apoyándose en el coche.— ¿Puedo saber que sucedió con tu hermano? Debe ser grave como para que se tome el trabajo de venir hasta aquí.

—Ah... eso... —asintió, recordando el asunto.— No se si lo sabes, pero antes de que llegues, dos gitanos que conocemos entraron a robar. Intentaron embarrar a Tae en el asunto y no les salió. Daehyun los metió en la cárcel y de algún modo la madre de ellos se enteró y fue a increpar a mamá. Piensa que tenemos la culpa.

—Que mal, ¿Los amenazó?

—Algo así, por eso Namjoon estaba preocupado, pero, ¿Qué puede pasar? —se encogió de hombros, realmente subestimando a una madre enojada.

—Si necesitas ayuda en algún momento, no dudes en decirme, ¿Si? Con gusto te llevo hasta allá o te ayudo en lo que sea. —Jimin sonrió, asintiendo ante su propuesta. Yoongi le parecía taaaan lindo. De solo recordar que habían estado a nada de besarse hacía que sus mejillas se encendieran, y Yoongi notó eso. — Tu sonrojo me recordó que nos quedó algo pendiente.

Se enderezó de forma coqueta y avanzó hasta el rubio, quien se dejo acorralar contra el coche. Realmente no le importaba que lo vieran. Quizás a Daehyun no le hacía gracia que su sobrino fuera bisexual y compartiera tanto tiempo con Jungkook, pero en el fondo no le importaba, más cuando al poco tiempo volvería a Estados Unidos, por ende, podía coquetear con ese precioso como quisiera.

—Creo que lo recuerdo. —dijo Jimin, sin poder ocultar la sonrisa. Había decidido jugar un poco, ansioso de que sucediera lo que les habían interrumpido.

—¿Crees? —alzó una ceja, en una mirada coqueta y divertida a medida que se le acercaba, apoyando sus manos en el coche, una a cada lado de Jimin.— ¿Quieres que te lo recuerde? O mejor... —se acercó de forma peligrosa a él, viendo con atención cada facción de su rostro. — Podríamos retomar el asunto.

Sus ojos negros saltaron varias veces, entre sus orbes marrones y sus labios carnosos. Realmente deseaba hacerlo.

—Hazlo. —pidió Jimin.— Sé que deseas hacerlo desde que me viste, no soy tonto. Yo también lo deseo.

Yoongi observó a Jimin a los ojos, un instante, antes de acortar la distancia y besarlo. Los labios del contrario le correspondieron de inmediato, degustándolo con gusto y placer por primera vez. Se movían con experiencia, sabia tomarlo, devorarlo como le gustaba que lo hicieran. Era como si Yoongi le estuviera leyendo la mente, o quizás estaban destinados a ser compatibles. Cualquier cosa podía pasar.

Sentía las manos de Yoongi en su cintura, pegándose por completo a él mientras el beso se profundizaba cada vez más. Sus lenguas se encontraban con deleite. Había pasión, una que hasta Yangmi podía notar desde la ventana del segundo piso. Eso no era bueno.

Paraisos Prohibidos | KookTaeWhere stories live. Discover now