28. Planeta estacionario

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Me acomodé en el asiento, colocando ambos brazos enfrente. El mesero trajo un par de postres a la mesa en ese momento, me percaté por el cielo que las horas pasaban y debería apurarme para llegar a la reunión y luego al aeropuerto.

El lapso de tiempo en el que su mirada fue de mí al trabajador procediendo a disculparse fue una obra de arte. La verdad es que más que feliz estaba en calma con que ya no estuviéramos peleadas, quería quedarme a su lado, ahí para siempre.

—Mil disculpas.

—No hay problema, espero se gusten ¡Digo! Les gusten los pasteles, están haciendo el amor ¡Hechos con amor, perdón!

Pobre muchacho con cara de sagitario, se ve muy inocente.

—Lo asustaste —me regañó—. no vuelvas a hacer eso en público, va a tener pesadillas.

—Quiero ir al baño.

Comí una porción del pastel antes de ir, se me quedó un poco en la comisura de los labios. En realidad tenía demasiado calor como para estar con el cabello suelto por lo que fui al baño a buscar espejos para hacerme una coleta. Honne me acompañó aunque me negué a que me lo hiciera ella porque gracias a la diferencia entre nuestras alturas le resulta incómodo.

—Kalum me recomendó un terapeuta —comentó al mismo tiempo en el que se desmaquilla el labial.

—¿Ah, sí?

—Me refiero a uno de pareja —toda aura cómica que pude tener, la guardé—. pensé que quizás, por la presión de la fama y el contrato, nos podría venir bien. Es decir es algo normal, también creo que estoy tomando todo muy en serio, si es el caso lo siento.

Me quedé tan solo haciendo contacto visual con ella por un largo rato, anonadada.

—Me gustaría —tragué grueso.

Volvimos a terminar el postre, el restaurante estaba decorado con posters de cantantes famosos, plantas, flores naturales, lucecitas de colores y pronto entendí por qué lo escogió para nuestro reencuentro.

Pusieron incienso de menta, cancelé la reunión por hablar de temas laborales con ella, Honne está informada de las finanzas y las sesiones de fotos. Me mostró una carpeta llena de diseños que hizo para nuestra colaboración con la marca de Halloween, un par inspirados en las series de lesbianas que me vi cuando nos separamos, un par inspirados en mi estética.

—Le hice a copito —señaló el boceto—. aunque como las personas creen que estamos separadas habrá que aclararlo antes.

—Enseguida lo hago —aseguré.

Quise distraerla en lo que buscaba agarrar su carpeta de anatomía, pese a que mis brazos no fueran largos, estaba cerca y ella hablando sobre la factura...

—Mar deja eso.

—¡Por favor!

—La curiosidad mató al gato.

—¡Yo no soy un gato!

Soltó un risa, tomó su carpeta y la volvió a guardar frente a mis ojos de tristeza como la persona sin corazón que es. Me llevaba ocultando sus dibujos desde que nos conocimos pero algún día, alguna noche donde menos se lo espere lo voy a robar, esos bocetos son la miel y yo soy winnie the poo.

Habló de como le enviará los diseños a la empresa, me pregunté, si le gustaba tanto dibujar y la moda ¿Por qué no estudió eso? Le iría genial, aunque no lo necesitaba, no necesitaría nada porque si me lo pedía la mantendría yo.

Quedé embelesada cuando se puso su brillo, para la entrevista que tendría en unos minutos, me quitaba el aire.

Me pregunto si Honne está tan enamorada como yo, a juzgar por su actitud tan contraria a sus planetas o le hice un amarre mental o es su clon malvado.

Si ellos supieranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora