《14》

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Regulus sonrió salvaje, cruzo una de sus piernas sobre la otra sentado en el trono del gran salón, satisfecho de ver a todo el consejo de ancianos y a los demás demonios arrodillados frente a él.

-Espero, haya quedado claro- dijo con voz siseante, muy baja pero que se escuchó claramente en el salón.- Saben quien es el Rey, ¿cierto?- cuestionó con diversión.

Los demonios temblaron ante la voz que escucharon, no tomando el valor de alzar la cabeza y mirar directamente a ese tirano que se sentaba sobre ellos.

-Que patéticos- mascullo Regulus al verlos temblar, nisiquiera podían atreverse a hablar correctamente y eso lo irritaba mucho.

Miró con satisfacción las manchas de sangre en la pared y las extremidades sangrantes en el suelo. La ventana del salón tenía un muy bonito panorama de afuera, podía ver a Malum clavado en la pared, sin piernas ni brazos y la piel había sido arrancada de su carne, no tenía ojos y la lengua le fue arrancada, dejando un desastre sangriento en el muro, que daba una muy buena vista de toda la ciudad.

-¿Señor?- escucho el susurró apenas audible desde el inicio de las escaleras.

Bajo su mirada viendo a Tenebris desviar su mirada al suelo, también temeroso de que lo atacara o matará al minuto siguiente.

Suspiró ante el hecho y rebusco en su ropa una piedra roja, en ella contenía un poco de la magia de su Lord, se la pidió para poder despertar a Tenebris ya que su magia se encontraba todavía un poco salvaje e indomable y se preocupó un poco de que pueda afectar de mala manera al demonio.

-Erumpere- murmuró como se lo había explicado su Señor.

La magia de la piedra comenzó a actuar haciendo que hilos de poder se enredaran en el aire, miró como se dirigían al demonio que siempre lo acompaño y luego como caía al suelo, espero unos minutos para ver los resultados, esperando que las cosas fueran bien.

-¡¡GUERRA!!¡¡PELEA!!¡¡MAJESTAD!!- grito Tenebris levantándose de un solo salto, asustando a sus congregados demonios a su lado.

Tenebris paseo su mirada por todo el lugar, confundido por el hecho de que se encontraba en un salón y no en el campo de batalla que fue lo último que vio. Después la comprensión llegó cuando las cosas comenzaron a acomodarse en su mente, gruñó al pensar que fue manipulado por un sucio mago, sentía deshonra y vergüenza al ser usado por ese vil mortal.

-Tenebris- el llamado hizo que alzará la cabeza con rapidez, la alegría llenando su cuerpo al ver que se trataba de su Señor.

El Rey Tirano Regulus Arcturus Black lo miraba desde la cima del salón, ¡Estaba sentado donde debería! Había vuelto a su trono y no sabia porque le alegraba ese hecho, mucho más que cuando Malum volvió a sentarse en la cima.

-¡Majestad!- se levantó subiendo los escalones con ligereza, se arrodillo una vez cerca, mostrando su lealtad y confianza a su Rey.

Regulus mostró una leve sonrisa, después de todo consideraba a ese demonio un amigo aunque no se lo dijera.

-Debemos asesinar- Regulus observo la reacción de su subordinado y amigo.

-¡Por supuesto, Majestad! No podemos dejar pasar la ofensa de ese mago insolente- afirmó Tenebris levantando la cabeza, completamente de acuerdo en asesinar al causante de todos.

El Black rió a carcajadas, asustando más a los demonios, estaba contento de que Tenebris no haya cambiado nada en esos milenios, sinceramente necesitaba al molesto demonio de siempre.

A veces podía sobrepasarse en algunas cuestiones cuando Sirius no estaba presente, Tenebris lo regresaba a la línea de la lucidez cuando lo amenazaba con decirle a su hermano, era el único demonio que podía hacerle esa amenaza.

Dimensión Extraña ¡¡¿Y Tú?!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora