Capítulo Cuarenta y Dos

251K 28.2K 68.6K
                                    




Capítulo cuarenta y dos.

—William, pero... ¿No puedes venir? —Mascullo al teléfono.

—Lo siento, Leslie, pero alguien cometió un gran error en el trabajo y soy el único que puede solucionarlo. Odio este momento, pero lo importante es que tú estés. Consigue que alguien lo grabe, por favor.

»No quiero perderme su expresión de felicidad. Lo logramos, Leslie.

—Lo logramos —Sonrío con un nudo en la garganta—. Gracias por ser parte de esto, te quiero, Will.

—¡Vamos! No me hagas llorar antes de una importante reunión —Bromea haciéndome reír—. Lamento haber llegado tarde, pero agradezco que me dejes estar aquí. También te quiero, Les, eres la mejor mamá que podría tener mi hijo.

—Ahora eres quién me hará llorar, aunque posiblemente lloré mucho hoy.

—Pásenlo bien y disfruten mucho incluso no importa si logran grabarlo, lo que quiero es que él sea feliz.

—Lo será, Will.

Intercambiamos un par de palabras más y luego finalizo la llamada con una sonrisa en mi rostro.

Hoy es el día.

—Disculpa —Hay un leve toque en mi hombro—. ¿Sabes en donde está la habitación de Arthur Anderson?

Puedo prometer que un jadeo escapa de mí, que las manos me tiemblan y mi vista se empaña en lágrimas contenidas cuando con lentitud giro y me encuentro con un hombre rubio increíblemente alto, con cálidos ojos color miel y una sonrisa amable. Sus ojos se pasean por mi rostro no sé si midiendo mi reacción o solo un gesto que hace sin pensar y cuando su mirada conecta con la mía que ahora deja escapar una lágrima, hay un brillo de reconocimiento en sus ojos.

—¿Eres Leslie Anderson? —murmura en voz baja y con suavidad.

Todo lo que alcanzo a hacer es asentir y su sonrisa se vuelve tierna al extender una mano hacia mí.

Veo de su mano a su rostro, una lágrima se convierte en un par y luego simplemente dejo de contarlas cuando se hace evidente que no se detendrán.

Soy consciente de la manera en la que mi mano tiembla cuando es envuelta en la suya que se siente cálida, su sonrisa se vuelve más amplia y no me suelta la mano.

—Un gusto conocerte, Leslie, tienes la mano muy fría —Envuelve su otra mano a mi alrededor— y estás temblando ¿Estás bien?

—Eres...Eres Andrew —Consigo decir— y estás aquí.

—Dije que vendría.

—Esto es real, realmente estás aquí y eres Andrew —Me muerdo el labio inferior cuando comienza a temblarme.

—Tú también eres muy real, me alegra conocer a quien escribió tan bonita carta. Tus palabras siempre se quedarán conmigo.

No lo aguanto más, libero mi mano de las suyas y elimino la distancia, sin importarme si debía cumplir algún protocolo, pero envolviendo mis brazos a su alrededor mientras mojo su camisa con mis lágrimas. Está sorprendido por la exhalación que deja ir o tal vez lo abrazo demasiado fuerte, pero luego siento sus brazos alrededor y cómo su cuerpo se relaja.

—Está bien, Stone, no hay problema —Parece decirle a alguien.

—Gracias por estar aquí —digo con la emoción cruda en mi voz—. Eres un ángel y no quiero llorar, pero estás aquí.

La inspiración de Andrew  (BG.5 libro #5)Where stories live. Discover now