Wei WuXian le coloco un dedo sobre los labios: —Solo soy yo. — los ojos del menor se iluminaron, había escuchado todo tipo de cosas sobre el joven y el en verdad había querido conocerlo, pero solo había sido un deseo tonto que pidió en un templo abandonado de un dios que él no sabía que existía hace algunos días.

Esa noche durmió en una cómoda y cálida cama. Al día siguiente él estaba listo para volver a las calles, pero fue sorprendido por el chico nuevamente: —Mi A-Die tiene cosas que hacer asi que solo seremos tú y yo el día de hoy.

Xue Yang: —¿No me vas a dejar?

Wei WuXian: —No. — se agacho a su altura. — ¿Por qué lo haría?

Xue Yang: —Porque tú eres un príncipe y los príncipes no se juntan con personas como yo.

Wei WuXian rio: —Antes de ser un príncipe era un niño como tú. Viví en las calles de Yiling por mucho tiempo.

Xue Yang lo miro con sorpresa.

Paso el resto del día junto a él y fue consciente de que varias personas que lo miraban con sorpresa, ellos también estaban esperando que fuera abandonando en cualquier momento. Esa tarde Xue Yang se quedó viendo un puesto de dulces. Le gustaban los dulces y se había prometido ser alguien rico para poder comerlos todos los días, pero en ese momento él no tenía dinero y no se atrevía a pedirle al joven, ya le había dado demasiado, por ello dio media vuelta e ignoro el puesto de dulces.

Esa noche cuando fue arropado y estaba listo para dormir Wei WuXian le colocó tres caramelos en la mano: —La próxima vez puedes pedirlo. — Xue Yang lloro esa noche aferrado a los caramelos y al hombro de Wei WuXian.

No supo cuantos días pasaron, pero todos los días obtenía tres caramelos. Pero ese día mientras recibía sus caramelos Wei WuXian le dijo que debía volver a su hogar: —No puedo llevarte allí por el momento, pero tengo una propuesta para ti. — Xue Yang mastico su caramelo. — ¿Te gustaría ser un cultivador? — asintió. —Puedo llevarte a la Secta Yunmeng Jiang, allí tendrás un hogar en lo que puedo llevarte a mi hogar, tendrás amigos y cuando seas un cultivador puedes ayudar a los demás, ¿te gusta la idea?

Tener amigos era sin duda lo mejor de la oferta, Xue Yang pregunto: —¿Vendrás a verme?

Wei WuXian: —Claro que si A-Yang. Eres mi pequeño dulce ¿Cómo podría dejarte? — Xue Yang se sonrojo. Se supone que para ese momento el ya debería estar acostumbrado a ese apodo y lo desvergonzado que el chico podía ser. ¡Incluso había le había dicho a una mujer que él lo había dado a luz!

Xue Yang: —¡¿Quién es tu pequeño dulce?! — le dijo molesto. Wei WuXian solo se rio, Xue Yang a veces quería golpearlo. Algunas veces el niño parecía Wei WuXian y no el.

Wei WuXian: —Me dueles. ¿Asi tratas a tu madre?

Xue Yang: —¡Tu...!

Wei WuXian: —¿Quieres ser mi hijo? — Xue Yang iba a reclamarle, pero al verlo a los ojos supo que no estaba bromeando. ¿De verdad quería adoptarlo?

Xue Yang: —¿No estas bromeando?

Wei WuXian: —No. — le acaricio la mejilla. —Si quieres y me lo permites quiero adoptare.

Xue Yang quería llorar, pero no lo haría en público: —Si. — dijo bajito. —Si quiero. — Wei WuXian lo abrazo. —¿Puedo llevar tu apellido?

Wei WuXian: —¿No quieres conservar el tuyo? — pregunto sorprendido.

Xue Yang: —No. Quiero ser Wei Yang.

Wei WuXian: —Esta bien. — le sonrió. —Sabes tengo otro hijo. —el menor lo miro confundido.

Príncipe Heredero del CieloWhere stories live. Discover now