Capitulo Dos.

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Hua Cheng puede contar con los dedos de sus manos sus momentos más felices y en todos ellos siempre Su Alteza es el motivo, solo hay uno donde no fue Xie Lian el principal motivo de su felicidad, fue el día en que encontró a su pequeño A-Ying. Si por él hubiese sido no habría salido al reino humano, prefería estar en la Cuidad Fantasma haciendo sus deberes y espiando a Su Alteza a través de sus mariposas, era mucho más productivo observar la belleza de Su Alteza que tratar con la energía resentida, pero era el Rey Fantasma y no podía hacerse el de la vista gorda cuando sus sirvientes le dijeron que Burial Mounds había acumulado una exagerada cantidad de energía resentida.

Había estado caminando perezosamente por las calles de Yiling por varios minutos, podía sentir la energía resentida del monte y comprendía el por qué sus vasallos estaban un poco alarmados, si ese lugar no era limpiado un poco en el futuro se pondría peor, asi que se dijo a si mismo que lo haría rápido y asi poder volver a sus actividades como Rey Fantasma (Léase: Espiar a Su Alteza)

Pero algo llamo su atención, ahí en medio de un callejón había un niño, no pasaba de los cinco o seis años, estaba vestido en una túnica negra demasiado vieja y rota como abrigarlo bien, su cabello negro estaba suelto y enmarañado, pero aun asi para Hua Cheng era el niño más bello que había visto, a pesar de su aspecto andrajoso y sucio la belleza del niño resaltaba, especialmente esa sonrisa que le hacía competencia al mismo sol por lo brillante que era.

Movido por su curiosidad se acercó al niño y el pequeño le miro curioso. Algo dentro de él se agito con violencia cuando el niño le sonrió, solo Su Alteza le había dedicado una sonrisa tan sincera, entonces se agacho a la altura del niño y le pregunto su nombre: —Wei Ying, de cortesía WuXian. — era muy pequeño para tener un nombre de cortesía según las costumbres humanas, pero eso no era lo importante, pregunto por sus padres y el niño con demasiada calma le dijo que ellos no habían vuelto de una cacería nocturna, no fue fácil adivinar que habían muerto.

Entonces las palabras salieron de su boca tan rápido como las pensó: —¿Me dejarías llevarte conmigo? — Wei Ying lo había observado con una clara expresión de incredulidad.

—¿No está mintiendo? — había preguntado con demasiado recelo, como si estuviese intentando adivinar si no era una broma muy cruel de su parte.

—No lo hago. — entonces el niño acepto y se vio a si mismo sonriendo y tomando el pequeño en brazos, le compro ropas nuevas y arreglo su cabello lo mejor que pudo. —Tengo que algo que hacer aquí, volveré pronto. —pero Wei Ying se mantuvo aferrado a su pierna alegando que eso habían dicho sus padres y jamás regresaron. —A-Ying, te juro que voy a volver, no puedo llevarte allí.

A regañadientes el pequeño prometió esperarlo. Hua Cheng limpio la energía resentida lo más rápido posible, pero aun asi le tomo dos horas dejar el lugar en un estado no muy letal para los residentes de Yiling, cuando volvió Wei Ying lo esperaba pacientemente. Luego se dio cuenta de que llevarlo directamente a la Ciudad Fantasma no le haría bien al pequeño, era humano después de todo, un niño humano muy débil debido a su condición de huérfano.

Él no era especialmente bueno en cuestiones de cuidado infantil asi que llamo a sus vasallos al reino humano y todos se vieron gratamente sorprendidos por el motivo: Su Señor no sabía cómo tratar un infante de cinco años.

Ellos tampoco, pero se las arreglaron para conseguirle las comidas más exquisitas del reino humano, Wei Ying había mirado la cantidad de platos frente a él como si fuese alguna ilusión y lo que termino por rematar de ternura a todos fue que el pequeño pregunto si era posible compartir su comida con otros niños que estaban en las calles, Hua Cheng no se negó y estuvo rodeado de infantes por una hora.

Príncipe Heredero del CieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora