Harry Potter fearfest 2021

Día 6: Into the Forbidden Forest

Albus Severus Potter sabía tres cosas. La primera, que su nombre era horroroso. La segunda, que nunca jamás debía entrar el en Bosque Prohibido. Guardaba demasiados recuerdos. No eran, exactamente, recuerdos suyos, pero Albus los sentía como tal. Cada vez que el viento soplaba entre las hojas de los árboles negros, Albus creía oír el aullido de un hombre lobo, los relinchos de Thestrals oscuros, la estampida de los centauros llevando a rastras a una mujer. Y a veces, entre todo aquello, cuando caía la noche y el castillo parecía desfigurado por antiguas cicatrices, escuchaba una voz fría invocando la maldición que mató a su padre.

Entonces pensaba en la cálida risa de su madre, una cascada de cabello pelirrojo enmarcándole la cara, y le llegaba, como viento sur, el sonido de su risa:

—Por suerte, Harry es difícil de matar.

Sí. Su padre, Harry James Potter, el niño que vivió y el salvador del mundo mágico, había regresado de entre los muertos. Parecía que su apellido era sinónimo de valentía y audacia, pero aquello no significaba que Albus quisiera visitar el lugar donde lo habían asesinado. Nunca había sido un muchacho valiente. Cada vez que sus hermanos (ambos casi tan dichos como su padre en el arte de la insensatez) se burlaban de la cobardía de Albus, su tía Hermione los miraba con ojos severos y les recordaba que los traumas, a veces, eran hereditarios. Albus se sentía un poco mejor, sintiéndose reafirmado en una de las tres afirmaciones que amueblaban su vida: nunca, jamás, debía entrar en el Bosque Prohibido.

Y no iba a hacerlo. Pero entonces, Scorpius desapareció, y aquí es cuando entra en juego la tercera y última cosa que Albus Severus Potter sabía: haría lo que fuera por Scorpius Hyperion Malfoy, incluso si eso significaba renunciar a una de las pocas convicciones que tenía en su vida.

Aguantando la respiración, Albus se internó en el Bosque Prohibido detrás de Scorpius.

No volvieron a salir.