XXIII.

13.9K 995 110
                                    

XXIII.

Las manos de Dallas fueron rápidamente a mi cabeza, acercándome aún más a su boca, no queriendo dejar espacio entre nosotros. Perfiló mi labio inferior con su lengua y sonreí a la vez que él también lo hacía, por un momento me miró con aquellos enormes ojos azules y ahora fue él quién me besó. No pude evitar comparar los únicos besos que había tenido en mi vida, pero lo cierto es que ambos eran tan diferentes que no había manera, mientras que Finn era rápido, agresivo y sensual, Dallas era más delicado pero apasionado y vivaz. Realmente tenía un problema, pues ambos me gustaban.

-Parece que la virgen tiene su coraje debajo de toda esa fachada de niña buena.-Dallas susurró contra mi boca cuando nos separamos, aunque él aún seguía teniendo sus manos enrredadas en mi pelo.

-Las apariencias engañan.-Respondí a aquello y, de nuevo, los hoyuelos en sus mejillas volvieron a aparecer.

-¿Qué significa esto, Sky?-Quiso saber y era aquella pregunta que sabía que iba a salir desde que le besé pero esperaba porque no la mencionase, y podría decirse que era la primera vez que Dallas me llamaba Sky, era algo serio.

-No lo sé, la verdad...

-¿Por qué no, simplemente, vamos viendo qué pasa?-Propuso y sonreí tímida ante aquella situación.

-¿Qué haremos ahora? La idea de volver a la fiesta no me es muy agradable.-Hice una mueca de desagrado, a aquella hora en la fiesta solo habría personas fumadas, drogadas y parejas magreándose por los rincones, en este último grupo sabía que se encontrarían Finn y Savannah.

-¿Besarnos un poco más te parece una mejor idea?-Propuso mientras rodeaba con sus brazos mi cintura y miré hacia otro lado con una sonrisa burlesca.

-Mmm... No sé.-Llevé mis ojos a los suyos, cuya mirada había adoptado "ojos cachorro", reí y volví a inclinarme a él para besarle.

(...)

Eran las seis de la mañana cuando Dallas y yo volvimos a la fiesta, al no beber, Dallas era el encargado de llevar a sus amigos a casa en caso de que estos estuviesen borrachos, y ambos sabíamos que lo estarían. A esas horas solo quedaban restos de la fiesta, había muchos menos coches que cuando nos habíamos ido y algunos jóvenes se encontraban acurrucados en el césped del patio, incluso tuvimos que saltar a un par de personas que se encontraban dormidas en la entrada de la casa.

-¿Axel?-Llamó Dallas a la vez que enlazó su mano con la mía para que le siguiera el camino, a pesar de ser un simple gesto, me hizo sonreír. En el salón había otro par de personas tiradas en los sofás y pudimos diferenciar a una de ellas. Axel.-Maldito borracho, levanta tu culo, nos vamos.-Dallas le zarandeó mientras que Axel gruñía, negándose a abrir los ojos.

-Vete al infierno, Dallas.-Axel pronunció y yo no pude suprimir la mueca de desagrado que se formó en mi rostro al oír aquella maldición, como siempre me ocurría cuando escuchaba frases de ese tipo.

-Tenemos que irnos a casa, tío.

-Déjame morir de resaca tranquilo.-Dallas volvió zarandearle y en un movimiento brusco de Axel, cayó del sofá al suelo, golpeándose la cabeza contra este, y di gracias al cielo porque hubiese moqueta y esta hubiese hecho "menos doloroso" aquel golpe.-Ahora sí...-Levantó una mano al cielo para después dejarla caer al suelo.-Decirle a mis padres que fui un buen chico.

-Maldito dramático.-Dallas le agarró de los brazos y comenzó a arrastrarle por el salón fuera de la casa, y me pareció sorprendente como el pobre cuerpo de Axel no se había cortado con algunos de los cristales rotos que debía haber esparcidos. Al llegar a la entrada, Dallas le soltó durante unos instantes, bufando cansado y me miró.-¿Podrías cogerle de los brazos?-Fruncí el ceño, haciendo lo que me pedía y él volvió a agarrarle de las piernas y ambos comenzamos a caminar hasta su coche, volviendo a pasar a aquellas personas dormidas en el suelo.

-Esto es genial.-Masculló Axel con una sonrisa mientras se mantenía con los ojos cerrados.-Aunque la resaca empieza hacer estragos en mí, acabaré muriendo de dolor.

-Vale, amigo.-Dallas respondió con la intención de hacer callar a Axel pero fue un intento fallido.-¿Podrías poner en ni ataúd algo como...?

-Axel, ya es demasiada tortura tener que llevarte de esta manera hasta el coche, solo cállate.

-Buena persona, mejor físico.-Axel ignoró las palabras del rubio y continuó con sus incoherente frase, provocando mi risa.-¿Ves? He hecho reír a una virgen, seguro que si tuviesen que dejar entrar a alguien en el cielo en estos momentos, amigo, irías detrás de mí.

-Tu versión borracha es la que más odio de todas, y mira que odio muchas.-Dallas confesó y llegamos al coche, le soltó las piernas haciendo que estas golpeasen el suelo y Axel maldijo en voz baja. Volvió a agarrar las piernas de Axel y conseguimos meterle en los asientos traseros del coche.

-¿Qué hay de Finn y Savannah?-Le pregunté a Dallas y este golpeó el asiento en el que Axel se encontraba casi dormido para hacer que despertase.

-¿Qué mierd...?

-¿Y Finn y Savannah?-Dallas cuestionó mientras observaba a Axel.

-Subieron al piso de arriba.-Fruncí el ceño ante la información pero luego comprendí para qué debían haber subido arriba.

-Vamos a buscarles.-Dallas volvió a sostener mi mano y tiró de mí nuevamente dentro de la casa.

-No podemos, Dallas, ellos...-Frené nuestro paso y sus ojos azules me observaron con confusión.-Una escena erótica entre Finn y Savannah es lo último que quiero ver.

-Ven conmigo y mantente detrás, no puedo dejarle aquí, por mucho sexo salvaje que esté teniendo.-Volvimos a retomar el paso y mordí mi labio fuertemente mientras subíamos las escaleras, Dallas comenzó a golpear todas las puertas del pasillo mientras yo me mantenía a un lado, incómoda y de brazos cruzados. Algunas parejas salieron a quejarse, pero ninguna de ellas eran Finn y Savannah, hasta que minutos después, observamos como ambos salían de una habitación, mis ojos de fijaron en Finn que se abrochaba su camisa con una sonrisa arrogante en su rostro, sin saber que le estábamos viendo, detrás de él se encontraba Savannah, recogiéndose el pelo desordenado en una coleta, si aquello no era una total prueba de que habían tenido relaciones nada lo era.

-Tío, nos vamos ya.-Finn elevó su mirada que se fijó en Dallas y seguido pasó a mí.-Son las seis y media, se acabó la fiesta por hoy.

-¿Puedes llevarme a mí a casa también?-Savannah quiso saber y Dallas asintió, los cuatro caminamos escaleras abajo mientras a mí me parecía que aquella situación estaba siendo una de las más incómodas que alguna vez había vivido.

-¿Dónde has estado toda la noche?-Finn tiró un poco de mí cuando bajábamos las escaleras.

-¿Y tú?-Respondí en pregunta.

-Con Savannah, supongo.-Le miré por encima del hombro.

-Bien, porque yo estuve con Dallas.-Observé como sus ojos se oscurecían de una manera curiosa y me solté de su toque para acercarme más a Dallas, odiaba sentirme tan impotente ante esa situación.

(...)

-¿Tú qué harás?-Quiso saber Finn cuando Dallas paró el coche frente a su casa.

-Supongo que Dallas y yo haremos tiempo hasta las ocho y media, a esa hora volveré a casa y le diré a mi padre que me quedé dormida. He pasado tan poco tiempo en esa fiesta que a penas me huele la ropa a humo o alcohol.

-Axel me dijo que le gustas a Dallas, ¿es cierto?-Me preguntó a mí directamente cambiandobde tema aunque el rubio también estaba escuchando.

-Sí.-Dallas respondió por mí, mirando con precaución a Finn, extrañado por la pregunta de este.-¿Por qué?

-¿Por qué tú?-Finn insistió.-¿Por qué se supone que te gusta? Solo la ves como un reto, eso es lo que te atrae.-Finn pronunció molesto mientras abría la puerta del coche para bajarse.

-Al parecer, la misma razón por la que te gusta a ti.-Finn se tensó cuando se disponía a salir del coche, parándose allí durante unos segundos para instantes después, salir definitivamente del coche y cerrar este de manera abrupta.

Amén.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora