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Los pilares de viento y agua llevaban varias horas peleando con una luna inferior. No era tan débil como parecía al principio.
— Al diablo con esto — Shinazugawa llevó el filo de su katana hacia sí mismo. Recibiendo una burla por parte de la luna
— ¡Hah! Ni siquiera he empezado a divertirme, y tú ya planeas morirte? ¡Qué aguafiestas! — reía la criatura con diversos cortes en su cuerpo que se regeneraban lentamente
— Quién dijo que era para mí? — acercó aún más la katana hacia su brazo con la intención de cortarlo y liberar el aroma a sangre marechi. Sin embargo, alguien lo detuvo.
— ¡SHINAZUGAWA, NO! — Tomioka le arrebató su arma tomándola directamente del filo con su mano envuelta en la tela de su haori. El rostro de Sanemi era de confusión, ¿Qué carajos le pasaba?
— ¡OI, ¿ACASO ERES IMBÉCIL, TOMIOKA?! — El azabache limpió la hoja de la espada, ¿Ahora era un fanático de la limpieza?
“Onceava postura: calma”. Después de varias horas, el demonio fue decapitado como si nada. ¿Giyuu había estado jugando? ¿Siempre pudo hacer eso? ¡¿Qué mierda estaba mal con él?!
— Lamento eso... Aquí está tu katan... — el albino interrumpió a Giyuu con un golpe en el rostro
— ¡¿QUÉ DEMONIOS FUÉ ESO?! —
Tomioka mostró su mano envuelta en la tela con una mancha de sangre. Shinazugawa quedó estático — Tenía sangre de demonio y tú planeabas cortarte —
— Tsk, dame eso — Sanemi le arrebató la espada a Giyuu y se dió media vuelta, en dirección a donde creía que estaba la salida del bosque en el que estaban. El pilar de agua se quedó callado — ... Tomioka —
— ¿Sí? —
Sanemi suspiró — Gracias, por... Salvarme —
— No es nada — dijo con una sonrisa. La sonrisa fue correspondida, solo que él no lo notó.
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