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Aquel día de Octubre ninguno de los signos notó nada extraño en la casa en la cual vivían todos juntos. El día transcurrió de manera normal para ellos, había ocasiones en las que casi ni hablaban sino que se dedicaban a hacer sus cosas cada uno por su lado. La convivencia a veces era compleja para todos ellos, pero ninguno estaba dispuesto a volver a sus respectivas casas.

Aries y Escorpio escuchaban música en el primer piso, no se molestaron en bajar el volumen ni nada. Tauro comía galletas recostado en uno de los sofás de la sala de estar. Cáncer estaba en la cocina practicando, quería preparar cupcakes y todo tipo de dulces. Géminis y Leo se compartían memes por Instagram, sus risas se escuchaban por todo el primer piso mezclándose con la música. Virgo leía sentada al lado de la ventana cerca de la cocina. Sagitario y Acuario hablaban de teorías conspiratorias en la escalera. Capricornio jugaba con el gato. Piscis observaba a las chicas desde su lugar. Pero Libra no estaba por ningún lado, al parecer los signos no lo habían notado o simplemente lo tomaron como algo normal. Ella de por si solía ser bastante extraña, aunque eso no le quitaba lo buena persona al recibirlos a todos allí.

Como ninguno hacía ni la más mínima mención de la chica tuve que meterme en la historia. Cáncer parecía la más apropiada.

-Cáncer... –susurré, la chica confundida miró detrás de ella sin ver a nadie.

-¿Quién me llama? –preguntó un poco asustada.

-Soy quien narra esta historia, más conocido como Elella.

-Eh... –Estaba pensando en qué hacer o decir en esta situación– ¿Qué pasa, Elella?

-¿No has notado que Libra no está en casa hoy?

-Bueno... –vaciló– No la he visto, pero podría estar encerrada en su habitación o en su estudio.

-¿Cuándo fue la última vez que la viste?

-Ayer, me mostró un libro que le mandaron de España.

-Dejo la interrogante aquí, me voy para seguir narrando, así que adiós, Cán.

-Adiós, Elella.

A pesar de lo extraño de la situación y la voz que le había hablado, Cáncer se quedó pensando en lo que le había dicho, ¿dónde estaría Lib en aquellos momentos? Intentó llamarla, pero no contestaba y los mensajes no le llegaban. Preocupada por esto decidió preguntar a Tauro sobre la balanza, en general se les veía hablando a menudo.

-¡Tauro! ¿Puedes venir por favor?

Tauro de mala gana se levantó, con mucho esfuerzo, del cómodo sofá, levantarse de la comodidad de su reino requería de las fuerzas que almacenaba para dirigirse al baño todos los días. Caminó pesadamente hasta la cocina para ver qué era lo que Cáncer quería.

-¿Qué pasa Cán?

-¿Has visto a Libra?

-Libra..., Libra..., –repetía Tauro tratando de recordar algo– no le he visto desde ayer, ni siquiera bajó a cenar.

Cáncer se preocupó aún más tras esto. Lib siempre le confiaba algunos de sus secretos y viceversa, si ella pretendía hacer algo importante hoy o planeaba ausentase al menos le hubiera informado antes.

Dejando atrás a Tauro se dirigió al salón para preguntarles a Aries y Escorpio acerca de la balanza.

-No sé nada, creo que sigue un poco molesta luego de lo de Piscis... –respondió Escorpio, luego de que pausaran la música y escucharan la pregunta de Cáncer.

-Tampoco sé nada, ni que me importara Libra –contestó rápidamente Aries, subiendo el volumen de la música al máximo evitando que le hicieran más preguntas. Desde hace un par de días había estado actuando extraño, se molestaba con más facilidad que antes y a veces se le veía perdido en sus pensamientos, como a cualquier adolescente.

-¡Bájale a la música, Aries! –gritó Capricornio, el fuerte sonido había espantado a Miu, la gata de Libra.

-¡Ve a tu habitación si tanto te molesta! –le gritó Aries de vuelta.

Escorpio observó la escena con desagrado, estas cosas la tenían un poco harta. Como si los problemas con sus padres no fueran suficientes estaban las discusiones diarias o el extraño comportamiento de Lib con ella desde hacía unos días a pesar de que ya habían hablado sobre su futuro. Capricornio, por su parte, fue a encerrarse a su habitación. Piscis que había estado observando todo esto fue tras la chica.

-Iré a preguntarle a los otros... –se excusó Cán.

Caminó hacia Virgo, otra de las cuales había estado observando con atención la escena. Ésta cerró el libro cuando vio a Cán.

-¿Qué pasa, Cán?

-No he visto a Lib hoy, ¿sabes dónde está?

-Es como si estuvieras buscando a un perro, Cáncer. No te preocupes por Lib, sabemos que ella está muy ocupada últimamente. Seguramente volverá en la noche.

-Desde anoche que está desaparecida, me lo dijo el narrador –aseguró Cáncer, quería hacer que Virgo entendiera su preocupación.

Yo nunca dije eso.

Virgo la observó desconcertada.

Buscando a LibraWhere stories live. Discover now