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Anexo Diez:

Ella sabía.

Su hermana había husmeando en su recamara. Podía oler su esencia en la habitación como quien huele una fragancia fresca en medio de un baño de gasolinera. La foto de su día en el circo estaba más inclinada a la derecha. Las huellas de sus botas estaban marcadas en la alfombra vieja.

Y su amiga también había estado aquí. Aunque ella era más difícil de rastrear, ya que siendo una licántropo como él, sabía como cubrir su aroma ante otros.

El caso era que ambas sabían.

Y habían visto debajo de su cama.

Si posiblemente Dakota hubiese sido la única involucrada, le hubiera enseñado una lección. Pero a la vista de su hermana no podía hacer nada. Sus manos estaban atadas.

Aborrecía sentirse así.

Casi podía predecir lo que Jayden haría. En cena había estado inquieta y genuinamente temerosa, robando miradas en su dirección pero no atreviéndose a hacer contacto visual.

Caine arrugó la camisa manchada de sangre en un puño apretado.

El hecho de que Jayden pudiese ir con el alfa y decirle lo que sospechaba podía arruinar las cosas.

Tendría que callarla.

A pesar de que odiaba la idea de hacerle daño a su hermana.

Los dos lados de la moneda se valanciaron en una reñida contienda. Era hacer que Jayden le entendiera por la buenas... o por las malas.

Al final la respuesta fue negativa.