.•M&M's•.

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Mingyu estaba, notablemente frustrado, desde la perspectiva de Minghao, y la de cualquiera.

Ese mismo día tenía que realizar un examen de su facultad, pero una llamada del niñero de la guardería diciendo que ese día no podría abrir la guardería porque estaba mal de salud y no podía arriesgarse a contagiar a los niños.

Y luego una llamada de su jefe diciendo que necesitaba que fuera lo más rápido posible a la oficina para firmar unos papeles, eso fue lo que detonó la vena del estrés de Mingyu.

Y ahí estaba Minghao, comiendo M&M's desde las escaleras del gran apartamento, observando detenidamente a su papi en la cocina tener conversaciones por el teléfono con sepa dios quien.

Mirarlo tan frustrado le hacía sentir mal, sabía que su papi era alguien ocupado, trabajo, universidad, y tener a un baby boy no era la mejor opción para un universitario.

Pero ahí estaba, feliz de su vida con su ranita, con apenas 13 años, pero le hacía sentir muy feliz.

Minghao decidió acercarse a su papi, quien cada segundo se ponía más tenso, ya era la sexta llamada del día que tenía que realizar, así que aprovechó para cuando su papi terminara la llamada para jalar su brazo y hacer que quedaran cara a cara.

Claramente el mayor se veía confundido, y sorprendido a la vez.

Pero todavía tenía esa horripilante mirada de frustración.

Hao dejó la bolsa de M&M's en la mesa de la cocina (que justo quedaba un poco más baja que su torso) y luego sujetó a su papi de la cara para darle un besito en los labios, no importaba si después sentía mucha vergüenza.

Mingyu notó que los labios de su ranita sabían a chocolate, y no tardó en degustarlos a su manera, dejando un suave, pero lindo beso en la boquita de su bebé.

Una vez se separaron, aun con el tono de llamada del mayor sonando sin parar, se sonrieron, Minghao un poco (muy) sonrojado, y Mingyu mucho más relajado a como estaba.

De nuevo el tono sonó, y Mingyu, mientras acariciaba el pelo de Hao, contestó.

—¿Shua-hyung? ¿También te enteraste? ¿Estás seguro? Claro que sé que Cheol es un buen chico, ¿en serio? No puede hacer eso hyung, es demasiado, ya se hyung, wa~, gracias hyung, lo cuidaré bien, no se preocupe, ah~ ¿también Jeonghan-nim? Claro, de nuevo gracias hyung, claro, siii— y después de colgar miró sonriente a su ranita, quien comía de nuevo los chocolates.

—Muy bien pequeño, hoy tengo el día libre del trabajo, y Shua-hyung me dijo que podía llevarte a jugar a casa de Cheol-shi, ¿qué dices?— habló sonriente mostrando aquellos adorables colmillos que tanto le gustaban a Minghao.

—¡Qué bien!— celebró el menor, ir a casa de Cheol-hyung solo significaba una cosa, diversión y fiestas de té.

—Bien, ve a ponerte bonito, mientras yo hago unas llamadas más ¿si?— ante lo dicho, Minghao asintió listo para dirigirse a su habitación a escoger su ropa.

Pero Mingyu lo detuvo por un instante.

—Hao... Gracias— ante lo dicho, Minghao solo atinó a sonrojarse mucho, era obvio que Hao no siempre le demostraba afecto, mucho menos en público, pero, hacer sentir bien a su papi siempre era su mayor prioridad cuando este se veía frustrado o ansioso.

Hao fue rápidamente a su habitación y mientras escogía su ropa para vestirse, Mingyu llamaba a la universidad preguntando si al día siguiente podría hacer el examen, y afortunadamente accedieron.

Un dulce momento de medio día en la casa de Kim y su ranita.

When the Kindergarten is Closed | SVT Where stories live. Discover now