OCTAVO CAPITULO

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Calle gimió mientras buscaba su teléfono alrededor de su cama que estaba sonando la melodía predeterminada que no tenía la intención de parar. Probablemente debería haber estado despierta a las diez, pero no se durmió hasta las cuatro y media de la mañana.

Calle: ¿Qué? (Murmuró cuando finalmente encontró el dispositivo).

Poche: ¿Da... Daniela? (Calle frunció el ceño, sentándose derecha)

Calle: Poche. ¿Qué te pasa?

Poche: No sabía a quién más llamar, eres la única persona que tengo y ...

Calle: Poche, respira. ¿Qué está pasando?

Poche: Estoy yendo para el hospital. (Poche sollozó y Calle sacó las piernas de la cama, poniéndose el par de sudaderas más cercanas que pudo encontrar).

Calle: ¿Por qué? ¿Estás herida? ¿Luna?

Poche: El jardín de niños llamó, dijeron que se había desmayado.

Calle: Está bien, estaré allí en cinco minutos. (Calle dijo, colgando su teléfono y agarrando las llaves de su auto antes de correr escaleras abajo).

Alejo: Ah, la bella durmiente se despierta.

Calle: Tengo que ir. (Calle murmuró, sin detenerse a mirar alejo en el sofá mientras corría hacia su auto y comenzaba a conducir hacia el hospital).

Estuvo allí en menos de cinco minutos, saltando rápidamente del auto y dentro del edificio a tiempo para escuchar a Poche gritarle a la recepcionista.

Poche: ¡Dime dónde está mi maldita hija!

Calle: Poche (Murmuró Calle, deslizando su mano hasta el hombro de la chica) Cálmate.

Recepcionista: Ella está en una habitación al final del pasillo, habitación 021. Hay un médico allí con ella ahora. (Poche asintió, despegando por el pasillo)

Calle: Gracias. (Calle dijo, siguiendo a la chica).

Poche: Luna, cariño, gracias a Dios. (Poche suspiró, abrazando a su hija contra su pecho).

Luna: ¡Ma... mami quiere usar esto conmigo! (Luna lloró apuntando hacia la aguja en la mano del doctor).

Doctor: Señorita Garzón, ¿puedo hablar con usted un momento? (Poche asintió)

Poche: No te preocupes bebé, está bien.

Calle vio al dúo salir de la habitación antes de caminar hacia la cama del hospital y sentarse en la silla.

Calle: Entonces, ¿cómo es? Desmayarse. (Luna se encogió de hombros, las lágrimas aún brotaban de sus ojos). Perdón Luna, no respondas cariño fue una mala pregunta, no te preocupes por nada, cariño.

Luna: Pe...pero él no iba a usar esa cosa conmigo. (Calle asintió, sentándose en el borde de la cama y alisó el cabello de Luna)

Calle: Sabes que esa cosa es mágica, ¿verdad?

Luna: No.

Calle: ¿No lo crees? Vaya, bueno, ¿quieres saber por qué? (Luna asintió, mirando a Calle con ojos interesados). ¿Porque conoces todas las cosas rojas dentro de ti?

Luna: ¿Hablas de la sangre?

Calle: Si sangre. Esa cosa trae la sangre desde el interior de tu pequeño cuerpo hacia el exterior y puedes verlo.

Luna: ¿Hablas en serio?

Calle: Sí, también es realmente genial. No es como la sangre que obtienes de un corte, esa pequeña agua sacara sangre fresca.

LA OTRA PUERTA ||  CALLE Y POCHE.Where stories live. Discover now