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──Hyung, ¿qué hay de ella?
──Oh, es bonita.
Mis oídos zumbaron al oír sus palabras, dejé de bailar y de prestar atención a lo que decían un momento, viendo indignada al joven que sobre el escenario había dicho aquello acerca de mí. Mis amigos hicieron sonidos sugerentes y empezaron a empujarme en forma de broma, riendo junto al público.
...
Estaba en la barra tomando, con mí vista pérdida en el público que parecía aún eufórico, gritando y saltando al son de la música. El local era pequeño, acogedor, y podía ver a mis amigos que seguían insistiendo en que fuera con ellos. Yo negaba y sonreía. No acostumbro a hacer esto, de hecho, mí sola presencia hablaba de un avance importante en mí manera de interactuar con otras personas.
──Deme otro trago ¿si? ──le hablé al mesero, éste asintió y se dispuso a traer nuevamente la botella de whisky.
──¿La estás pasando bien? ──Una voz dulce empalago mis oídos, giré rápidamente y lo miré extrañada un segundo. Un chico, ligeramente más alto que yo, con una chaqueta simple azulada y una gorra escondiendo su pálido rostro, y permitiendo que únicamente pudiera admirar sus labios; se paró a mí lado y me sonrió.
Asentí con una media sonrisa al reconocerlo sin problema como uno de los raperos que antes presentaron una canción propia.
──Interesante presentación, por cierto ──murmuré. Él volvió a sonreír.
──¿Interesante?
──Quiero decir que parecía que se toman en serio el rap, pero se estaban divirtiendo juntos; eso me agrada ──expliqué pausadamente, y justo en ese momento regresó el mesero. Sirvió mí bebida por tercera vez en la noche y le agradecí. Una vez se retiró, el muchacho volvió a hablar.
──Sí eso es lo que parece, entonces hicimos un buen trabajo, gracias ──Ambos nos quedamos en silencio, yo bebiendo el primer sorbo y él viéndome──. En realidad, me acerqué por un motivo, si no te importa saber.
Alcé una ceja interrogante, sin entender que quería decir con eso.
──¿Acaso me veo vulnerable?
──No, por favor. Incluso estar cerca tuyo es aterrador ──reí un poco, ya que mentía horriblemente. Mis 1.57 no me hacían ver intimidante en absoluto, nadie pensaría eso──, solo quería... disculparme, por si te había hecho sentir incómoda antes.
No hizo falta decir nada más, ambos sabíamos que estaba hablando de la situación en el escenario.
──¿Por qué habría de sentirme incómoda? Fue un comentario, nada más, era una broma y todos lo sabíamos. No haré un escándalo ──afirmé riendo, y volví a tomar de mí vaso.
──Oh, pero no era mentira ──aseguró un tanto inquieto, pero con una sonrisa amable aflorando en sus labios, tan rosados que parecían de porcelana.
──¿Estás...?
──Quizás ──reí con ganas, con la vista más tierna en toda esa noche. Un inocente intento de conquista por parte de un chico lindo y torpe que, evidentemente, no dominaba ese campo──. No acostumbro a hacer esto ──agregó.
──Ni yo... solo para que no pienses mal de mí ──hablé señalando mí vaso.
Él rió un poco.
──¿Estás celebrando algo?
──No realmente, solo... quiero probar cosas nuevas, ya que estoy algo aburrida de mí vida en general, sabes.
──Interesante...
──¿Interesante? ──repliqué, imitándolo.
──Normalmente nadie admitiría algo así, es divertido.
──¿Lo es? ──insistí──, entonces... Podemos continuar hablando, si te apetece.
No pareció sorprendido por mí propuesta, sus ojos se achicaron y un pequeño hoyuelo travieso hizo aparición en su mejilla. No pude evitar sonreír también, levantar mí vaso y señalarlo.
──¿Whisky? ──sugerí dudosa, sin saber cómo salir de ese pequeño silencio incómodo cuando me quedé pasmada viéndolo. Me sentí repentinamente nerviosa al volver a subir la vista a sus ojos, y notar que los tenía muy atento sobre mí.
──Pensé que solo los ancianos tomaban whisky ──rió él, haciendo una mueca burlona──. Aunque te agradezco, tomaré un poco.
