I

1.3K 209 106
                                    

"No podemos estar juntos ¿verdad?"

"No."

"¿Nunca?"

"Nunca..."

Nunca su jodido... Seungkwan había tenido un montón de parejas, parejas buenas, parejas estables, parejas que le hicieron sentir feliz y olvidarse de sus problemas. Parejas con las que estuvo a punto de dar pasos importantes. Seungkwan siempre había sido agradecido con el amor, siempre había dado todo lo que podía y siempre recibió todo lo que le daban, así que era amado y amaba, y era bueno ¿cierto? Realmente bueno. Entonces... ¿Por qué demonios no podía olvidar a su amor de hace diez años? Era terriblemente estresante.

—Tengo 33 años...— Murmuró bajando la cabeza con una sonrisa. La persona frente a él se sorprendió.

—Pero te ves realmente joven. Seguro estás mintiendo, tienes... ¿26?

Ah. Seungkwan bajó aun más la mirada sintiéndose apenado. Su edad no debería ser un problema, pero lo era, Seungkwan había querido casarse a los 25, había querido adoptar a los 27 y tener una familia para los 30, ahora con 33 años tenía... deudas, un pequeño y adorable perrito en casa, un trabajo que odiaba, poco dinero, amigos que habían decidido casarse y hacer sus vidas y tenía un grandioso trauma con un amor de hace diez años. Fantástico. Era horrible.

—33...— Repitió alzando sus manos.

—Bueno, lindo, no importa, me gustan las personas mayores.

—Pero a mí no. Lo siento.— Fue lo último que dijo antes de levantarse de su lugar e irse del restaurante.

Se había vuelto un idiota conforme pasó el tiempo, a los 23 era amable y cariñoso, perfecto para las relaciones, a los 25 un poco más experimentado y decidido, a los 30 decepcionado y esperanzado, a los 33...Dios, Seungkwan detestaba a cada pretendiente que no tenía si quiera un detalle de su hombre perfecto, y es que había dejado atrás esa mierda del hombre perfecto, lo dejó atrás para despues volver a retomarlo ¿Por qué? Porque de cualquier manera ninguna persona lo iba a satisfacer.

Seungkwan seguía queriéndose enamorar, seguía queriendo encontrar a su persona ideal y casarse, pero Dios, en serio odiaba a los hombres, porque todos los hombres eran iguales, incluso él, en cuanto veían que todo marchaba bien, en cuanto veían que todo era perfecto entonces la cagaban ¿Cómo? Dejando de ser aquellos hombres que habían aparentado para comenzar a ser esos hijos de puta. Ah, Seungkwan en serio necesitaba un descanso de los hombres, pero nunca le habían gustado las mujeres.

Así que, en cuanto sus hombres perfectos comenzaban a volverse solo hombres los problemas aparecían, de pronto ya no era lo mismo, el amor dejaba de fluir y Seungkwan simplemente... dejaba de amarlos. Y se iba, porque no iba a torturarlos estando en una relación que no beneficiaba a nadie, prefería irse y buscar a alguien más, irse en paz.

A Seungkwan no le gustaba el tipo de persona que era ahora. Años atrás sería diferente, aun tendría esa ilusión e inocencia. Pero había pocas personas buenas en el mundo. Y las personas buenas jamás se quedaban.

Cuando llegó a su departamento abrió la puerta con una mano mientras cargaba sus cosas en la otra, esperaba escuchar los ladridos de su bebé, pero al parecer se había quedado dormido porque no lo escuchaba. De cualquier forma intentó ser más silencioso y abrió con cuidado la puerta cerrándola lentamente despues de entrar. Se quitó los zapatos, acomodó sus cosas en el suelo y encendió las luces mirando hacia su cocina.

—Hola Seungkwan.— Le saludó aquel fantasma de sus recuerdos.

Oh. Seungkwan debía estar enloqueciendo como para ver a su antiguo amor frente a él, sosteniendo a su perrito que dormía en sus brazos. Si. Tomaría un par de pastillas y se iría a dormir.

Con un carajo sí estaba allí. Soltó un grito desde lo profundo de su garganta y dio varios pasos hacia atrás cayendo sobre su trasero.

—¡¿Qué haces aquí?!— Gritó. —¡¿Cómo entraste?! ¡¿sabes que esto es ilegal?!

La persona frente a él dio un paso hacia enfrente, su mirada puesta en el suelo.

—Necesito tu ayuda. Kwannie...

—¡No!— Gritó sin pensar poniéndose de pie. Tomó a su perrito quien ladró. —¡Solo vete de aquí! ¡No quiero tener problemas con los lobos! ¡Ya no!

—Por favor...— Su voz era exactamente igual a como la recordaba. Pero había cambiado, ahora su rostro había madurado y su cuerpo se notaba un poco más grande, era un hombre apuesto, más que en sus recuerdos. Y Seungkwan debía odiarlo. —Sabes que no te molestaría si no fuera importante.

Negó rápidamente caminando hacia él y empujándolo a la puerta. No quería problema, no quería ser secuestrado, de nuevo, o ser golpeado, de nuevo, por meterse en problemas. Seungkwan era un mono, un mono que estaba muy alejado de ser un lobo, los monos no tenían nada importante como alfa/betas/omegas pero tenían algo mejor; raciocinio, inteligencia y un buen sentido común, así que no debía meterse con los salvajes lobos.

—Solo vete...— Le dijo llegando a la puerta.

—Por favor, Seungkwan.— Repitió el lobo y Seungkwan negó a punto de cerrar la puerta. —¡Tiene que ver con Wonwoo!

Y todo se detuvo. Por algunos segundos ninguno dijo nada, ni se movió, se quedaron allí congelados. Y es que Wonwoo había sido su mejor amigo, mejor amigo que había muerto hacia 12 años atrás. ¿Qué podía contarle este lobo acerca de él? Respiró profundo.

—¿Tiene que ver con Mingyu?— Preguntó.

—Tiene que ver con ambos. Con Mingyu y Wonwoo... y conmigo.

Oh. El lobo giró para encararlo y Seungkwan lo miró al rostro. Aun le gustaba.

—Dino...— Murmuró su nombre. —¿Qué me puedes decir de Wonwoo que yo no sepa?

—Déjame explicártelo.

Quizás no debía hacerlo, pero se apartó para que Dino pudiera pasar. Y Seungkwan estaba metiéndose en problemas.

Otra vez.

Accord [Chankwan/Omegaverse]Where stories live. Discover now