Por El Paso Del Tiempo {Regulus Black}

Chapter Thirty one

—¿Dónde está Dumbledore? —le preguntó Fudge viéndome fijamente y me levante a verlo molesta

—Aquí no. Esto es una enfermería, señor ministro. ¿No cree que sería mejor...?-dije viendo al ministro de magia, pero la puerta se abrió y entró Dumbledore en la sala.

—¿Qué ha ocurrido? —inquirió bruscamente, pasando la vista de Fudge a la profesora McGonagall—. ¿Por qué es­táis molestando a los enfermos? Minerva, me sorprende que tú... Te pedí que vigilaras a Barty Crouch...-dijo Dumbledore viendo totalmente confundido la situación

—¡Ya no necesita que lo vigile nadie, Dumbledore!. ¡Gracias al ministro!-grito Minnie viendo a Dumbledore Horrorizada de lo que paso

- Cuando le dijimos al señor Fudge que habíamos atra­pado al mortífago responsable de lo ocurrido esta noche, consideró que su seguridad per­sonal estaba en peligro. Insistió en llamar a un dementor para que lo acompañara al castillo. Y subió con él al despa­cho en que Barty Crouch...-dijo Severus y me asombre ante lo que había pasado en el mismo castillo

—¡Le advertí que usted no lo aprobaría, Dumbledore!. Le dije que usted nunca permitiría la entrada de un dementor en el castillo, pero...-gritaba Minnie totalmente fuera de si, todos lo estábamos

—¡Mi querida señora!. Como ministro de Magia, me compete a mí decidir si necesito escolta cuando entrevisto a alguien que puede resultar peligroso...-dijo el ministro viendo a Minnie, pero esta vez ella lo interrumpió

—En cuanto ese... ese ser entró en el despacho se echó sobre Crouch y... y...-dijo Minnie tratando de terminar la oración. No nece­sitaba que ella terminara la frase, pues sabía qué era lo que debía de haber hecho el dementor: le habría administrado a Barty Crouch su beso fatal. Le habría aspirado el alma por la boca. Estaría peor que muerto.

—¡Pero, por todos los santos, no es una pérdida tan gra­ve!. ¡Según parece, es responsable de unas cuantas muertes!-dijo el ministro volteando a verme en busca de mi ayuda, estaba idiota si lo hacía

—Pero ya no podrá declarar, Cornelius . Ya no puede declarar por qué mató a esas personas.-dijo Dumbledore viendo seriamente al ministro

—¿Que por qué las mató? Bueno, eso no es ningún mis­terio. ¡Porque estaba loco de remate! Por lo que me han dicho Minerva y Severus, ¡creía que actuaba según las instrucciones de Voldemort!-dijo el ministro totalmente tranquilo sobre lo que había pasado

—Es que actuaba según las instrucciones de Volde­mort, Cornelius. Las muertes de esas personas fueron meras consecuencias de un plan para res­taurar a Voldemort a la plenitud de sus fuerzas. Ese plan ha tenido éxito, y Voldemort ha recuperado su cuerpo.-dijo Dumbledore explicando con demasiada paciencia. Fue como si a Fudge le pegaran en la cara con una maza. Aturdido y parpadeando, devolvió la mirada a Dum­bledore como si no pudiera dar crédito a sus oídos. Enton­ces, sin dejar de mirar a Dumbledore con los ojos desorbitados, comenzó a farfullar: