Prólogo

130 10 5
                                    

Prólogo:

Siglos atrás…

—No es justo —decía la mujer de cabellos dorados, que parecían ser rayos de sol  en  su cabeza, pero estaban fuera de lugar comparado con sus ojos tan negros como la mismísima noche, como una sin luna que iluminara—, Poseidón tiene sus mares, tú tienes el cielo, ¿Y yo qué?

—Hécate… —dijo el hombre en un trono, el parecía irradiar poder más que ninguno de los demás que se encontraba en el Olimpo, se inclinó hacia adelante y su túnica griega blanca, se arrugó—, ya hemos hablado de esto. Sabes lo difícil que es para los humanos aceptar lo que no conocen, aparte… no podrías tener tantos hijos al mismo tiempo.

La mujer de cabellos dorados, Hécate, cerró los ojos, furiosa. Cuándo los abrió, suspiró.

—No quiero que sean semidioses —dijo Hécate—, serán… como con bendición. Yo quiero que haya un mundo mágico…

—¿Mundo mágico? —inquirió el hombre sentado al lado del que había hablado primero—, Hécate… todo te saldría más fácil si vas y tienes un par de hijos semidioses, a ellos podrás enseñarles todo lo que quieras…

—¡No quiero que sean semidioses, Poseidón! —chilló harta Hécate—, quiero que sean un diferente tipo de magia… no trucos, ni ilusiones, quiero que sea diferente, quiero que hayan animales diferentes, deportes ¡Se llamaría quidditch!

—Hécate… querida… —esta vez era una mujer la que habló, era muy hermosa y su rostro parecía cambiar, haciéndose cada vez más hermosa—, ¿Quidditch?

—¡Sí! Sería en escobas, sería genial… ¿No crees que sería genial, Afrodita? —dijo Hécate, tratando de que la ayudaran, Afrodita sonrió.

—En efecto, querida —dijo la hermosa mujer, Afrodita, inclinándose hacia adelante, miró al rey de los olímpicos—, ¿Por qué no le das una oportunidad, Zeus? Será interesante.

Zeus se llevo los dedos a las sienes, mientras asentía lentamente.

—Mira… —empezó Zeus—, tienes permitido hacerlo, Hécate, lo harás, pero si algo sale mal… no quiero que los mates, sólo… súmelos en el anonimato, ¿Bien?

—¡Bien! —dijo Hécate sonriendo—, muchas gracias, Zeus…

—Sí, bien, Hécate. Ya ve a hacer lo que vayas a hacer.

La diosa Hécate sonrió y luego salió del Olimpo que en esos momentos se encontraba en Roma, cuándo salió totalmente del Olimpo recopiló todo lo que había planeado.

Los magos—como ella quería que se llamaran— no serían sus hijos, ella le pondría su bendición a personas en las que creía que podía confiar, pero una bendición distinta, esta se esparciría con  la descendencia.

Y también tenía muchas cosas más planeadas, deportes, escuelas, animales, y tendrían una forma diferente de hacer magia.

Con varitas.

Hécate le sonrío al Coliseo romano que se encontraba frente a ella y se desapareció, y fue a hacer su trabajo.

*********Nota de la(s) autora(s){NA}**************

espero que les guste el prologo y sin mas que añadir hasta luego nuestr@s querid@s 

Mestizos y magos 

ATT: WGITD 

La gracia de los dioses.Where stories live. Discover now