Sigue mi maravilloso lunes

123 8 1
                                    

—Buenos días Barbara de mi corazón.—le digo, abrazándola.

—Buenos días señorita inglaterra, ¿pasa algo?.

—Si—digo sonriendo.

—¿Y qué cachorros esperas para contarme?—se puso las manos a la cintura y rio.

—¡Ay!, ¡le hable!, ¡y me habló!.

—¿Hablas de Gerald?.

—¡Si!, creía que era Jacob, pero terminó siendo él, y le pedí permiso, y me dijo adelante, y yo pasé—gritando de emoción balbuceaba y balbuceaba, mientras que Barbara me miraba con los ojos de susto. Ella solo rio.

Cuando toco el timbre volvimos a clase, nuevamente lo vi subir por las escaleras, pude apreciar que entra a la sala B, todo tiene sentido, va en el B, de beautiful.

El día paso, y no lo ví, solo apreciaba toda la crew de Jacob andando en skate al fondo del portón, mientras que desde una banca, yo admiraba como se deslizaban en esas cuatro ruedas.

Cuando ya era hora de salida quería seguirlo, pero para mi buena suerte, se detuvo en un paradero cercano, mientras que yo, desde unas plantas, escuchaba lo que hablaban.

—Oye, ¿y que tal con el cambio de casa?.

—Genial, creo que mamá se quiere cambiar a Oprahns.

Al pronunciar esa palabra, mis pelos se erizaron, claramente, porque ahí vivo yo.

—¿Y cuando te vas a cambiar?.—ese barrio es amplio y tiene muchos skatepark por la calle de Hillary, podemos ir allá a andar.—Ignacio se metió en la conversación.

—Creo que pronto, mamá se está consiguiendo un camión de mudanza.

No podía estar más feliz, yo vivía a unas casas de ese skatepark, vivia en ese barrio, y el sonrisa hermosa se cambiaria a él, ¿más suerte?.

De pronto todas las voces callaron, siento unos pasos acercarse hacia mi.

—Vaya, vaya, vaya, miren quien nos está espiando.

No puede ser, aprete mis ojos con fuerza, sin girarme, solo viendo mi taza de café, vacia, por cierto.

—A ti te hablamos, chica permiso.

Oye, me gustas©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora