━━ 𝟢𝟢𝟩: 𝙰𝙻𝙶𝚄𝙸𝙴𝙽 𝙼𝙴 𝙼𝙸𝚁𝙰

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—Últimamente te estás pasando de la raya, Kishaba Moon.— siseó Sora acercándose de nuevo hasta su hija para tratar de parecer amenazante; cuando para Moon, solamente era patética. —¿Me sigues cuando salgo de casa?

—Tengo ojos en todos los sitios de Tokio.— se pavoneó. —Sé a qué hotel vas, sé cuantos hijos tiene tu jefe e incluso la tienda favorita de la esposa cornuda.— soltó una pequeña risita. —Sé que papá te da dinero para mantenerme, pero, ¿dónde están esos billetes? Sigo yendo con la misma mierda de ropa de cuando tenía quince años.

—Eres una desagradecida, Moon.— reprochó de nuevo la mujer, pero ahora, con algo de dolor reflejado en sus ojos. —Estás desperdiciando tu vida de una manera que me da asco pensar.— torció el gesto. —¿Acaso eres tú Moon? ¿Mi hija? ¿La que venía llorando hasta mí cuando tenía una pesadilla porque pensaba que había un demonio bajo la cama?

—Esa Moon está muerta, ¿y sabes qué?— se levantó del sofá de un salto, se acercó al oído de su madre y susurró con hastío: —Yo misma la maté.— se volvió a alejar. —Te odio, Sora. La única razón del porqué sigo aquí a tu lado es porque no tengo un sitio en el cual caerme muerta, pero créeme que cuando lo tenga, haré mis maletas y me iré tan lejos como pueda para no volver a verte a ti, ni a papá, ni a Aki.— sonrió. —¡Os odio a todos! No te haces a la idea de cuanto.

Sora retrocedió un par de pasos, con unas pequeñas lágrimas asomándose por sus ojos tras procesar las palabras de su hija y darse cuenta de todo el rencor que le podía guardar a pesar de ser familia. Vislumbró su rostro una y otra vez; aquella cara de Moon que también poseyó Sun, pero sabía que ella si estuviera en vida jamás la miraría de la forma en la que lo estaba haciendo Moon. Los ojos de Sun eran dulces, los de Moon ahora eran crueles.

—Pues espero que ese día llegue pronto y te vayas de mi vida.— Susurró Sora.

—Yo también lo espero con ansias.

Cuando Moon escuchó como la puerta principal se abría y después se volvía a cerrar, borró aquella sonrisa falsa que había hecho que pareciera real y caminó con rapidez hasta el calendario, arrancó la página de diciembre y la empezó a romper en decenas de trozos que terminaron en la basura. Pero, mientras tanto, volvió a sentir aquel dolor tan familiar para ella en el corazón; lo que le hacía saber que aún seguía teniendo uno aunque estuviera podrido.

En su mente afloraron los recuerdos que tenía ella con su madre; como un día nevado del año dos mil, que ella se cayó, se hizo una heridita en la mano y Sora se la curó con cariño diciendo lo típico de madres: «sana sana colita de rana, si no sana hoy, sanará mañana». Y de forma automática, a Moon ya no le dolía absolutamente nada. O también las tantas películas que habían visto juntas, o cuando le contaba sus problemas de preadolescente mientras jugaban al shōgi y ella escuchaba atentamente cada palabra de su hija.

Aquellas miradas de cariño, todas las sonrisas y cada abrazo habían desaparecido para dejar paso a un rencor y a un odio que la misma Moon provocaba a sabiendas de que eso hacía que su madre se alejara cada día más y más de ella. Pero, eso era justo lo que pretendía. Prefería que su madre la odiara, que la detestara y la quisiera fuera de su vida para que así, Sora no sufriera cuando el día menos pensado, un policía le diera la noticia de que había muerto en alguna pelea sanguinaria en la cual se había involucrado.

Prefería ser odiada, aunque eso hiciera que también se odiara a sí misma. Pero, no podía cambiar el rumbo de su vida porque estaba perdida y se sentía como un pez al cual le habían arrancado las aletas porque quería huir del mar.

En la mano de Moon se quedó el número cuatro de la hoja que había arrancado, dándose cuenta así de que quedaban dos meros días para que su cumpleaños empezara. Un día de mala suerte, como Sun había dicho en su día, y que Moon quería evitar a toda costa porque no le gustaba sus cumpleaños. Al menos ya no, porque los celebraba a solas y si, soplaba las velas, solamente ella las apagaba.

𝐌𝐄𝐌𝐎𝐑𝐈𝐄𝐒 ━━ 𝖲𝖺𝗇𝗈 𝖬𝖺𝗇𝗃𝗂𝗋𝗈Where stories live. Discover now