Capitulo 7: ¿Qué sientes luego de la venganza? (El comienzo del fin - Parte 2)

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— Oye, Jake... ¿puedo hacer una pregunta? —Lee entró en la habitación con timidez, algo que sorprendió y asusto a Jake en partes iguales, ya que se suponía Lee debía de haber acompañado a Amanda— Siempre me dio curiosidad saber cómo terminaste aquí.

— Mi padre hizo un viaje de urgencia —Contesta tajantemente mientras concentrado observaba todos los muebles con detenimiento, Lee continuaba sosteniendo la antigua lampara encendida en una de sus manos mientras que en la otra sostenía una foto encuadrada.

— Oh, ya veo... —El chico dejó encima de uno de los muebles la lampara y clavó su mirada en la foto que ahora la sostenía con las dos manos— Estaba en camino al aeropuerto, iba a visitar a mi madre y a mi hermana. Vivian al lado del país, se mudaron porque allí el tratamiento de mi hermana era gratis... o más barato, no lo recuerdo. Supongo que me quedaré con las ganas de volver a verlas —Jake lanzó un suspiro arrepintiéndose de ser algo duro con el amable chico, recordando el consejo de Noah de ser algo más empático y amable.

— Una noche mi padre volvió por sorpresa de su trabajo. Era militar, mi familia tiene la tradición de ser militares. Nos tomó a mi hermana y a mí, compró los boletos a la otra punta del mundo y así volví a terminar aquí, pero esta vez creo que me quedaré en este país para siempre —"Lo tengo" se dijo para sí mismo, al final su alocada teoría de conspiración tenía la prueba definitiva, Jake encontró su propia "Arca de la Alianza".

— Espera, ¿tienes una hermana?.

— Su nombre era Haruko.

— ¿Y que ocurrió con ella?— "un thinker" contestó Kobayashi en su cabeza, mientras agarraba con fuerza el mango del cuchillo con una mirada vacía y perdida que reflejaba un horroroso recuerdo que lo atormentaba siempre que aparecía en su cabeza. Pocos segundos pasó para que Lee se diera cuenta de que hizo una pregunta algo fuera de lugar— Lo lamento. Yo-yo también tuve una, vive con mi madre en Estados Unidos, o vivía... espero que sea donde sea que se encuentre, se encuentre bien.

— Estoy seguro de que lo está. Lo mejor será ir junto con Amanda —Kobayashi antes de salir dio unas cuantas palmaditas a Lee.

— Sí-sí, los alcanzaré creo que me quedaré aquí un rato, creo necesito descansar— Dice carraspeando.

Una familiar elegante puerta de madera lo recibió, simplemente tuvo que empujar la vara de metal para ingresar a la casa de dos pisos. Una vez dentro Jake sintió un fuerte sentimiento de nostalgia, todo le parecía tan conocido, como si ya hubiera estado allí hace ya un largo tiempo atrás.

La gran casa estaba en completo silencio, unas escaleras de madera con barandillas de acero pintadas de un negro estaba a pocos metros frente a él, tanto al lado de la escalera como a su izquierda y derecha salones con lujosos muebles y electrodomésticos también cubiertos de una espesa capa de polvo, sea cual sea la dirección que tomases, te llevaban a una gran y lujosa cocina. El chico notó como pasó en cuestión de pocos minutos de una humilde y diminuta casa a otra lujosa y envidiable. 
Algunos minutos se quemaron contemplando la magnifica y bonita arquitectura hasta que volvió a la realidad.

— ¿Amanda?— Dijo en voz baja pero nadie contestó, extrañado por el silencio de Amanda decidió subir por las escaleras de madera que rechinaban con cada pie que ponía encima, ruido que lo incomodaba por las tantas películas de terror que Seb lo había obligado a ver en el pasado.

Apenas llegó a la segunda planta, giró su cabeza hacia su izquierda y vio como su compañera se encontraba parada frente a una puerta entreabierta, inmóvil como si tratara de imitar a una estatua. Cuando Amanda oyó a Jake, giró lentamente su cabeza. Fue en ese mismo instante, al ver el horrorizado rostro de Amanda, que Kobayashi supo de lo que se trataba y su corazón casi sale de su pecho de un brinco, una vez Jake se dio cuenta de lo que estaba ocurriendo quedó petrificado, entendió que todo estaba en juego... entendió que no tenía razón, que ni Dominic ni Ronnie mentían, que probablemente sea por culpa suya y su estúpida paranoia la razón por la cual morirían.
Amanda en un acto de desesperación intentó bajar la mochila que colgaba de su brazo izquierdo de manera lenta. Pero todo acabó cuando la puerta principal fue abierta.

A.Z: El último Omega.حيث تعيش القصص. اكتشف الآن