8✧*¨*•.

2.9K 352 93
                                    

Cuánto odio los domingos, odio sentir la sensación de que mañana tengo muchas cosas que hacer.
Me levanté a las 12, debía ir al supermercado a comprar cosas para la casa, comida, cosas de aseo, etc.
Estaba guardando las cosas en mi bolso cuando me llegó un mensaje.

¿Cuál es el plan para hoy? ¿salimos?

Ya quisiera, tengo que ir al supermercado :(

Paso por ti en 10 minutos y te acompaño

Sonreí al leer el mensaje. Lindo detalle. Manchas maulló al verme.
—¿Quieres más comida?—le pregunté al escucharlo reclamar.

En 10 minutos exactos estaba Kazutora en su auto esperándome con la puerta abierta.
—Hola.—le sonreí al entrar al auto.
—Hola.—me sonrió de vuelta—¿Al supermercado entonces?—asentí y puso en marcha el vehículo.

Llegamos a casa luego de las compras, él me ayudó a guardar cada cosa en su respectivo lugar y luego me observó mientras preparaba una pizza para almorzar.
—¿Necesitas ayuda?
—No, tranquilo.
Si se trataba de cocinar, necesitaba hacerlo por mi misma, no me gustaba eso de trabajo compartido.
Observaba cada movimiento que le daba a la masa, como si la mejor chef de pizza estuviera preparándola.
—Listo, ahora hay que esperar media hora.—le dije al introducir la bandeja al horno.
—Quedará deliciosa.
—Claro que sí.—le sonreí y me senté a su lado.

Almorzamos y luego nos fuimos a recostar a la terraza, donde habían sillones.
Él se puso a mi lado y extendió su brazo sobre mi hombro.
—Te extrañé mucho.—dije recostándome en su hombro.
—Yo te extrañé más.—cerré los ojos, solo quería disfrutar ese momento. Sentía el olor de su perfume, que no era el mismo que hace unos años atrás. Pero lo más especial, sentía su corazón latir, me sentía tan cómoda a su lado, puedo olvidar todo lo que pasó si se trata de él.
—Perdóname.—su tono de voz cambió.
—¿Por qué?—pregunté aún sin abrir los ojos.
—Por haber hecho "eso" y haberte dejado todos estos años.—me quedé en silencio por unos minutos y luego respondí.
—Te perdono por haberme dejado todos estos años, pero las disculpas por lo que hiciste no me las debes a mi.—era cierto, a quien le debía disculpas era principalmente a Baji, y él estaba muerto.
—Ya hablé con Baji, está todo bien.—no había abierto los ojos pero podría jurar que había sonreído.
—Entonces perfecto. Ya pasó.—sonreí también. No era necesario volver a discutir ni tener rencores por algo que había pasado años atrás.
—Te quiero tanto.—me susurró al oído causando un escalofrío en mí.
—Cariño, yo te quiero aun más.—giré mi rostro hacia él para depositarle un beso en la mejilla, pero el se movió y terminó siendo en sus labios. No me quejé, sentí un escalofrío recorrerme, pero disfruté sus labios. Se movían al compas de los míos, lentamente, degustando cada parte de mi boca, disfrutando cada segundo mientras estábamos unidos.
Me sentía feliz, no podía negarlo.
Este beso fue distinto al de ayer, este era inocente, tranquilo y lleno de amor. Simplemente queríamos decirnos el uno al otro cuánto nos habíamos extrañado todo ese tiempo.
Así estuvimos todo el resto de la tarde, entre besos y caricias. Hasta que anocheció.
—Preciosa, debo irme.—dijo.
—Quédate esta noche conmigo, por favor.—lo abracé—No quiero estar lejos de ti.
Él respondió el abrazo.
—Sabes que no me resisto si se trata de ti, le avisaré a Chifuyu.—besó mi mejilla para sacar su teléfono y avisarle que no llegaría a dormir.

Subimos a mi habitación, Manchas estaba recostado en mi cama y al vernos maulló, ambos reímos ante su reacción.
Nos acostamos en la cama, estaba abrazándolo mientras que él con su mano acariciaba de mi cabello y luego bajaba a mi espalda. No necesitaba nada más, solo quería quedarme así.
Y así nos dormimos hasta la mañana siguiente, pero cuando desperté Kazutora ya no estaba.

Recuerdos de Vietnam.

Quédate esta noche [Kazutora Hanemiya] Where stories live. Discover now