Capítulo 7 : Charlotte ❤︎

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Y antes que clamen, responderé yo; mientras aún hablan, yo habré oído.
Isaías 65:24

17 de septiembre

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17 de septiembre

18:03 pm

Mi hermanastra está obsesionada con el rosa. No importa que acaba de cumplir once años.

Toda la decoración es preciosa, un enorme tacón hecho con globos adorna la entrada. Globos con destellos dorados y tonos distintos de rosa chicle decoran el salón.

Una montaña de cupcakes puede verse a metros de distancia. Con crema rosa, por supuesto.

La tarta de tres pisos tiene una extraña inspiración en Channel en diferentes tonos de fucsia en combinación con el blanco y dorado característicos de dicha marca.

Charlotte apenas ha invitado a cinco amigos del colegio. Creía que se debía a que acababa de empezar, estamos apenas a 17 de septiembre. En el fondo, se que no es por eso. Lleva con los mismos compañeros desde la guardería.

Al único a quién ha invitado directamente es a Iván, que pese a sacarle años le caía muy bien. Para mi suerte, aún no ha llegado.

El hermano de mi madrastra y director del Mare Nostrum está hablando con ella. Si no fuese por Pilar, me habría expulsado de la universidad hace meses. No soporta a los alumnos con mala reputación.

Miro uno de los ricos cupcakes. No debía comerme ninguno ahora, Pilar se pondría furiosa.Sonrío con maldad y me acerco. Aprovecho su conversación para coger uno, algunas de las niñas se acercan y me imitan.

Pilar corre hacia nosotros.

-Esperad. ¡Aún no hemos hecho fotos!

Camino con disimulo alejándome.Ojalá todo salga mal.

Llevo la mitad del cupcake en mi mano y voy a la barra. Aunque hay solo bebidas para críos, la madre de la niña ha contratado un barman infantil.

Quiero reírme, pero me callo cuando veo a Iván entrar acompañado del pelirrojo. Mi estómago arde.¿Qué hace él aquí?

Me apoyo en la barra y hablo con el chico que sirve, sin siquiera verle.

-¿Nada de alcohol, verdad?

-Así es.

El joven me mira. Me doy la vuelta, me quedo quieta. El terror de aquella noche en el coche vuelve.Me alejo. Tendría que irme. Camino hacia las escaleras, me apoyo en el posamanos (¿porque me empiezo a marear?).Solo tengo que subir las escaleras. Tengo el corazón acelerado y se me nubla la visión.

Mis oídos se agudizan y escuchó nítidamente.

-Está gorda, es ridícula. Ni sé por qué vine -habla una voz infantil y chillona.

-Solo acepté la invitación para ver la decoración .-Sigue otra.

-Yo vine a comer... pero no estos aperitivos asquerosos y llenos de calorías. Creo que esperaré a la comida.-Continúa la tercera y última del trío.

Giro la cabeza. No son mucho mayores que Char,parecen tener su misma edad. Estan de pie hablando en un rincón junto a las escaleras.

Miro la mitad del cupcake en mi mano.

-¿Qué dijisteis de mi hermana? -pregunto entre dientes.

Dos me miran con soberbia, pero la última con temor.

-Nada que te importe.

-Toma tus calorías -pronuncio y lanzo el cupcake directamente al pelo. Ella chilla asqueada. Después agarro la bebida de la otra y se la tiro sobre el vestido. La última se aleja.

Me carcajeo.

-Ese aspecto pega con vuestra personalidad nauseabunda.

Subo las escaleras escuchando a una de ellas llorar. Detesto con todas mis fuerzas las personas como ellas.

Oigo como unos pasos se acercan tras de mí.

-Pilar, no pienso pedir perdón.

-No soy Pilar.

Me giro. Víctor me mira rojo por la rabia. Le ignoro y sigo subiendo las escaleras.

-Se supone que íbamos a ignorarnos.

-Son unas niñas. ¡Están llorando!

-¡Oh! ¿Acaso eres defensor de causas perdidas?

-Ashley, ve y discúlpate.

Sonrío con frialdad y luego le doy la espalda, sigo caminando.

-No es de tu incumbencia lo que haga.

-Pero es mi problema que ataques a unas niñas.

-¿Las conoces?

-No, pero...

-¡Entonces cierra el pico y lárgate!

-Ellas no tienen la culpa de que Iván esté aquí.

Me detengo un escalón antes de llegar a mi habitación. Su sola mención es como una puñalada. Trago saliva y siento ganas de vomitar.

Corro hacia el baño y cierro la puerta.

Mis dedos tiemblan. No es la primera vez que vomito en las últimas semanas, pero sí que mis pensamientos sobre eso cambian.

Siempre hay margen de error. Todo tiene margen de error.

Existen un tres por ciento de probabilidades de que la pastilla falle. ¿O es menor?

Recuerdo el aparato que había escondido en el baño. Siempre por si acaso. Lleva siete meses guardado. Cuando me enrollaba con Javi se me retrasaba con frecuencia, no tomaba pastillas. Usaba condón. Gracias a mi terror a quedar embarazada comencé con las pastillas anticonceptivas. Saco el cajón por completo y encuentro el chisme.

Es una prueba de embarazo. Vuelvo a meter el cajón. Respiro hondo un par de veces.

Quizás estoy exagerando.


Ashley :

se hace la prueba de embarazo

No se hace la prueba

Bendiciones!!!
Ailana💙💙💙💙💙


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